Capítulo 61. " El día después... (I)"

1.3K 71 19
                                    

Hola mis lectores.

Nuevo capítulo y esto cada vez está mas interesante. Creo que la mayoría os ha pillado de sorpresa quién está detrás de todas las amenazas. En el capítulo de mañana se aclarará un poquito más.

Muchas gracias por los comentarios y bienvenidos a los lectores nuevos. Me sorprende leer a nuevos lectores ya tan avanzada la historia pero feliz de compartir momentos con todos.

Nos leemos mañana en otro nuevo capítulo.

Un besazo enorme y cuidaros

MUACK

❤❤❤❤❤❤❤



CAPÍTULO 61

NARRA MARIZZA

Los rayos del amanecer se filtraron en la ventana de mi habitación del Elite Way. Me removí en mi cama con el objetivo de despertarme, pero el peso de un cuerpo encima mío no me lo permitió. Apoyado en mi pecho y con su brazo rodeándome la cintura, Pablo dormía plácidamente.

Anoche apareció en mi habitación totalmente bebido y fuera de sí. Al comienzo, adopté una actitud de rechazo, pues estas escenas ya las había vivido en más de una ocasión y la mayoría tenían como objetivo un acercamiento por parte de él. En cambio, esta vez fue diferente.

Pablo estaba totalmente derrotado. Se mostraba muy vulnerable, pues ya no tenía fuerzas suficientes para afrontar todo lo que estaba pasando. Anoche confesó que su hermano era el culpable de todo lo que me había pasado o, dicho de otro modo, nos había pasado. Habló de venganza, pero no supe entenderlo pues en cuanto soltó aquella noticia todas sus barreras se desmoronaron y comenzó a llorar como un niño pequeño. Me dolía verlo así. No podía soportar verlo tan mal. Lo abracé con fuerza y le besé el cabello intentando calmarlo. Él se desahogaba tras un llanto que parecía no cesar. Al final, se quedó dormido encima de mí en mi cama. Mandé un mensaje a las chicas con mi celular y les dije que me agarró un fuerte dolor de cabeza y prefería dormir sola.

Mire su rostro, al fin, mostraba serenidad. Le acaricié la mejilla y no pude evitar sonreír. Lo amaba, no podía negarlo. Por mucho que la peleáramos, el amor estaba ahí y era más fuerte que cualquier cosa. Era el hombre de mi vida y estaba totalmente convencida Pablo siempre será mi pasado, mi presente y mi futuro.

El tacto de mis labios besando su frente lo hizo despertar.

- Ho... hola - se desperezó sin tener aún claro dónde se encontraba. Le tomó unos minutos más para mirar a su alrededor y luego a mí y darse cuenta dónde estaba - ¿Qué... qué hago acá? - se separó de golpe.

Me miró. Anoche solo me había dado tiempo a ponerme el pantalón del pijama ya que cuando entró estaba vistiéndome por lo que me quede en corpiño. Automáticamente se fijó en sí mismo y se dio cuenta que solo llevaba puesto los calzoncillos. Su rostro empalideció.

- Pablo, no ha pasado nada - le acaricié el rostro adivinando lo que pasaba por su cabeza. - Ayer bebiste más de la cuenta y, en una de esas, te echaste toda la botella de vino encima - le señalé la ropa que estaba tirada en el piso. - Te quité la ropa sino iba a oler toda mi cama.

Pablo se removió inseguro y se sentó a los pies de su cama. Se pasó las manos por su pelo. Parecía que intentaba buscar respuestas ante esta situación. Sonreí y me acerqué a él desde atrás. Apoyé mi cabeza en su hombro y le miré de lado.

- No pasó nada Pablo - le dije. - No intentaste ni tan siquiera darme un beso. Solo querías contención y apoyo.

- La cabeza me va a explotar - se quejó

- Me imagino. - me dirigí a unos de los estantes del escritorio y agarré una pastillita. Saqué de la mochila una botella de agua y se la ofrecí. - Toma, te sentirás mejor. - me arrodillé frente suyo.

Pablo agarró la pastilla y se la tragó con ayuda del agua. Me agradeció en voz baja y suspiró. Se frotó los ojos en un intento de despertar y pensar con claridad. Permanecimos en silencio por un largo tiempo.

- ¿No me vas a preguntar nada? - me miró a los ojos. Sus ojos azules habían perdido su brillo habitual. Quise abrazarlo, protegerlo... Pero una parte de mí me decía que no era el momento.

- No... - negué mirando a un lado. - Creo que necesitas tiempo para asimilar todo lo que has descubierto.

Él asintió reflexionando cada una de mis palabras. Se puso en pie y yo hice lo mismo. Con mi mirada seguí todos sus movimientos. Recogió su ropa del suelo y se dirigió a la puerta. En realidad, no quería que se fuera. Lo necesitaba, pero sabía que no era el momento. Antes de abrir, Pablo volteó para mirarme de nuevo.

- Lo siento - se disculpó - Siento muchísimo el daño que te está causando mi familia. Me encargaré que no te molesten más.

- Pablo no hace falta...

- Si, te prometo que lo arreglaré.

Elite Way School 5º AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora