Elite Way School 5º Año

Capítulo 23. "El Plan Marizza 2"

- ¡Mi ciela bella! – lloraba desconsolada abrazada a Franco.

Su ciela bella había dado señales de vida. Había llamado y aunque había sido algo escueta y cortante a Sonia le había bastado. Escuchar su voz, con dificultad por el ruido de fondo, le había aliviado tanto. Su voz era distante, pero lo tomaba como algo normal. Cuando su hija se enfadaba era bastante hermética.

Lloraba de felicidad al pensar que Marizza donde sea que estuviera, estaba bien. Ahora esperaba con ganas que llamara de nuevo y por eso no se despegaría de ese teléfono. Estaba feliz.

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En el Elite Way School, los alumnos de quinto año estaban formando mucho bardo en el aula. En ese instante, aparecieron los preceptores ante tanto alboroto

- ¿Qué pasa acá? – preguntó Pablo Heredia. – Se callan. – gritó enfadado

- He recibido noticias de Marizza – dijo alegre Lujan mostrándole un sobre

Pablo Heredia cogió con violencia el papel y comenzó a leer. Todos miraban al preceptor expectantes a la vez que las facciones de la cara de éste se relajaban.

- Parece que hay buenas noticias – interrumpió Matías el silencio que se había creado en el aula.

- Parece... - dijo Pablo no muy convencido. – Tenemos que estudiar la validez de esta nota – escupió dichas palabras con una media sonrisa. – No me fio de ustedes y puede ser un jueguito vuestro.

Los alumnos comenzaron a quejarse, rompiendo por completo el silencio que se había creado apenas unos minutos. Pronto callaron cuando vieron aparecer a Dunnof seguido de la compañía de Hilda, la coordinadora, y Michi, la secretaria.

- Alumnos vengo a comunicarles que la señora Rey ha realizado una llamada a nuestro centro para informarnos que la alumna Andrade se ha puesto en contacto con ella – informó con semblante serio.

Los alumnos comenzaron a aplaudir y a gritar de la emoción. El plan de Marizza estaba saliendo a la perfección. Tal y como esperaban.

Aun así, la mayoría se sentía con emociones contrariadas. Todo era una falsa.

- El Elite Way School se ha puesto manos a la obra por tal noticia – comenzó de nuevo a hablar el director. – Vamos a trabajar codo a codo con los cuerpos de seguridad y hemos pedido a la señora Rey que nos facilite la conversación para que la policía pueda actuar y registrar la llamada que nos llevará al lugar donde se realizó. – informó y todos cambiaron su semblante, incluyendo Hilda. – Estamos más cerca de Marizza.

- Acá la alumna Linares me dió esta nota escrita por Marizza – intervino el preceptor Pablo Heredia. – Iba a verificar que fuese verdadera.

- Oh muy bien Heredia. La dejaré en manos de la policía. – dijo el director cogiendo el sobre

- ¡NO! – exclamó Lujan de manera impulsiva.

- ¿Cómo que no? -preguntó Dunnof

- No... No... - titubeó – No quiero que se la lleve porque es mía. Es personal... Y me gustaría tenerla de recuerdo.

- Alumna le devolveremos la carta cuando la hayan inspeccionado. – le dijo el director.

- Pero es que es mía – recalcó de nuevo Lujan quitándole la carta de las manos.

- Alumna devuélvame esa carta – le ordenó Dunnof.

- Uff me encuentro fatal- Todo me da vueltas – actuó Lujan a la vez que le daba por detrás la carta a Marcos. – Estoy muy mareada... Me falta la respiración...  Marcos...

- ¡Alumna! – exclamó Dunnof al ver a la alumna "desmayarse". – Llamen a un médico. – ordenó a los preceptores mientras Hilda, Michi y Marcos intentaban reanimar a Luján.

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En Bariloche, Pablo tomaba asiento mientras que Martín preparaba algo para picar. Miraba su reloj. Dentro de tres horas salía el autobús hacia Buenos Aires. Debía encontrar el momento para comunicarle a Martín que Marizza había desaparecido, pero ¿como lo hacía?.

- ¡Martín! – gritó Pablo - ¿Tenés un cargador para mi celular? Se quedó sin batería. – le gritó desde el living para que lo escuchara.

- ¡Sí, en el hall hay uno! En la bandejita del mueble – le gritó desde la cocina.

Pablo fue hacia el lugar donde le había y dicho y busco un enchufe donde prender el celular. Cuando lo encontró, lo encendió y multitud de llamadas y mensajes de su mamá y compañeros se agolparon en la pantalla del celular. Entre tantas, buscaba alguna que fuera de Marizza. Pero era un iluso. Al último que llamaría Marizza en la faz de la tierra sería a él y más cuando quiso pararla en su escapada.

El timbre de la casa sonó y escuchó desde el otro lado a Martín pidiéndole que abriera por él. Dejó el celular encima del mueble y abrió la puerta.

Sus ojos se iluminaron. Al fin la encontró.

- Pablo, ¿qué hacés acá? – preguntó sorprendida Marizza. 

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Y con este capítulo ya nos ponemos al día en los capitulos que os debía. 

Habrá que esperar un poquito más para el siguiente pero mientras dejadme comentarios de qué tal os parece la historia, qué creen que puede pasar a partir de ahora... Reacciones de Marizza, Reacciones de Pablo, Lujan y Pablo Heredia...

Hay muchos frentes abiertos. 

Os leo. 

Gracias.