015:"Una pequeña historia"

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HERA

Momento de honestidad.

Estaba aterrorizada por ver a la cara a mi madre, sentía nervios y mucho asco. Ella es la culpable de que toda mi vida haya sido una mentira y de que esa mentira se haya convertido en un constante trauma. La odiaba con todo mi ser y me importaba dos pimientos si venía pidiendo perdón, la iba a mandar a la mierda más cercana, al mismo infierno.

O a una silla eléctrica, después de todo se lo merecía.

Inhale y exhale aire unas cuantas veces, necesitaba mentalizarme antes de entrar en esa habitación en donde, detrás de un cristal, esa mujer me esperaba.

Le pedí a un guarda que me dejara entrar y este abrió la puerta con una de sus tarjetas.

Entré con lentitud sin atreverme a mirar su cara. Me senté en la silla que estaba en frente del cristal, delante de ella. Mis uñas se hincaron en las palmas de mi mando provocándome dolor, estaba bastante nerviosa, pero tenía que afrontar esto.

Pasaron unos segundos hasta que ella decidió hablar. Su voz salió por los pequeños agujeros del cristal.

—Mi preciosa hija, te he extrañado muchísimo. — Ella habló con dulzura, como si nada hubiera pasado.

La mire directa a los ojos, con todo el asco que sentía.

—Pues yo no, para mi estas más que muerta. — Le respondí con repudio.

Ella sonrió.

—Cariño, se te nota en la cara, me has extrañado.

Este era su juego, hacerme creer que en verdad ella era buena y que yo podía llegar a perdonarla, pero no voy a caer. Estoy harta de los juegos, estoy aquí para atrapar al desgraciado de su hermano.

Me acerqué al cristal con rabia.

—Déjate de mierdas y dame la dirección de tu hermano. — Golpeé la mesa con mis puños en el proceso.

—¿Por qué tantas prisas? Tenemos una Preciosa hora juntas, quiero que me hables de ti y de estos últimos años. — Ella amplió su sonrisa y luego soltó una pequeña risa.

—Estas loca si piensas que te voy a contar sobre mi vida, no necesitas saber nada de ella porque ya no haces parte de ella. No eres mi madre, eres una simple enferma mental que se va a pasar el resto de su vida aquí.

Esas palabras le habían llegado.

Dejó de sonreír y adoptó una expresión seria, casi como que fuera a llorar, como si de verdad todo lo que le he dicho le doliese. Sinceramente me importa una mierda si le duele, me importa una mierda sus sentimientos, ella arruinó mi vida, mi propia madre. Me da igual lo que vaya a sufrir.

Su pose volvió a ser carismática, con una sonrisa en su cara y ojos brillantes, con algo de ilusión en ellos.

—Muy bien, si tú no quieres contarme de ti, entonces yo te contaré una pequeña historia sobre dos hermanos separados que nunca llegaron a crecer juntos.

Golpeé mis manos contra la mesa.

—No quiero escuchar tus malditas historias. Quiero la dirección y no volver a verte.

Ella soltó una risa.

—Está historia te va a interesar porque es sobre alguien que conoces, si quieres la dirección me vas a tener que escuchar.

No iba a darme nada hasta que no terminara de contarme su estupida historia, así que me rendí y simplemente asentí dejándole saber que podía contarme lo que sea.

Dragon II : "Para siempre es poco tiempo" ©Onde histórias criam vida. Descubra agora