Capítulo 36

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Nunca había sentido tanta curiosidad en leer un mensaje como ahora mismo. No tengo idea de qué demonios está escribiendo, lleva rato haciéndolo. Puede que no sepa qué escribir.

Llego a la cocina y le apago la pantalla al móvil, me siento en el mesón mientras mamá termina de cocinar. Aunque no quiera, tengo que sacar la conversación para terminar con esto de una vez. Mi teléfono vibra, lo miro por un momento con ganas de tomarlo, pero desisto.

—Mamá, tenemos que hablar.

—Claro, hijo, cuéntame —mantiene la vista en la cocina.

—Me siento terriblemente mal contigo por lo que pasó con Charlie. Habíamos quedado en levantarnos ambos a las seis para cambiarnos y llegar a tiempo. No sé que le pasó a Charlie que se fue con su primo y me dejó.

—Tranquilo, hijo, ya Charlie me escribió disculpándose conmigo. Me dijo que tú andabas mal de la cabeza y pensó no ibas a ir.

¿Mal de la cabeza?

Yo creo que mamá se lo tomó como una jaqueca, yo pienso que es otra cosa.

¿Qué le pasa a Charlie?

—Ya... Bueno, la gente siempre asume cosas. Además de que andaba con ese primo que es un inventador de primera.

—¿También se quedó en casa de tu amiga?

—Sí. La mamá de Stephanie lo invitó a pasar porque él nos estaba acompañando y se hizo muy tarde para que se fuera.

Mamá es de poco olvidar las cosas, sobretodo cuando se trata de mi. No sé si olvidó lo del castigo y tampoco se lo quiero recordar.

Me entrega un plato de comida y ella se sienta enfrente con otro.

—Me preguntó si puede venir el sábado que viene a almorzar con nosotros. Él cocinará para compensarnos —comenta, después de un rato en silencio.

—Bien hecho que le dijiste que no —respondo.

—¿Qué te hace pensar que le dije que no?

—¿Estás bromeando, mamá? Charlie nos haces quedar mal y después, ¿lo dejas venir a nuestra casa de nuevo como si nada?

—Hijo, dejemos eso en el pasado. Hay que perdonar.

—Supongo que mi castigo, entonces, también forma parte del pasado y de ese perdón.

Se queda en silencio, viéndome con ojos entrecerrados.

—Una cosa no tiene nada que ver con otra.

—Claro que tiene que ver, Joanne Boat, porque ese castigo injusto es consecuencia de un error, el cual Charlie Benson ya te dijo no fue mi culpa.

—Desde Adán y Eva, los humanos estamos sufriendo las consecuencias de errores ajenos.

Tomo una larga respiración, la contengo y luego la boto.

Termino de comer en silencio, lavo mi plato y subo a mi habitación. En las escaleras, reviso mi teléfono para ver qué puso Charlie, aunque ahora solo quiero golpearlo.

Charlie m: El sábado espero poder verte así... o mejor.

Jonah: ¿Qué demonios pasa contigo, Charlie? Te he dicho que no me interesa tener algo contigo, ya estoy con Kelvin.

»Además, no te perdono eso que me hiciste hoy y el castigo que me trajo con mi mamá.

Charlie Benson: Lo único que te impide estar conmigo es Kelvin, porque sí tienes interés en mí.

Enséñame a SoñarWhere stories live. Discover now