Capítulo 24

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La alarma me despierta recordando que debo ir a casa de Charlie para estudiar y me lamento por tener que hacerlo, quiero seguir durmiendo.

Me visto de una vez para salir y bajo a la cocina, donde mamá se encuentra tomando café con su bata de dormir, mientras lee las noticias en su teléfono.

—Hijo, buenos días —se voltea y me mira con el celo fruncido—. ¿A dónde vas?

—Buenos días, mamá. Anoche olvidé comentarte que voy a casa de los Benson para ayudar a Charlie con una tarea de Biología —me sirvo un café y tomo mi desayuno del microondas.

—Oh, está bien. ¿Te traerán luego? Si no, regresa temprano.

Me siento a comer y saco mi teléfono para decirle a Charlie que estoy desayunando para ir a su casa, le respondo los buenos días a Kelvin y le digo a Stephanie que iré a la casa del otro chico que me está flirteando.

Luego de comer, lavo lo que utilicé, tomo mi teléfono, identificación y las llaves para irme. Mamá se encuentra lavando su uniforme del trabajo y voy a despedirme de ella para salir.

Mi teléfono vibra en el bolsillo y lo saco para atender sin ver la pantalla.

—Buenas —atiendo.

Hey, Jonah —saluda Charlie.

—Charlie, hola. Te escribí hace un rato para decirte que estaba desayunando y salía. Ya estoy caminando a la parada del bus.

Sí, ví tu mensaje. Te estoy llamando porque te avisé de que iba a buscarte y no respondiste. Vamos en camino.

¿Vamos? ¿Con quién vienes? No te hubieses molestado.

Voy con mi papá. ¿Por dónde vas?

Que fastidio. No soy santo de devoción del señor Benson, pero el sentimiento es mutuo.

—Los espero en la avenida.

—Perfecto —cuelga.

Enciendo el Bluetooth y enlazo mis audífonos para escuchar una lista de reproducción reciente que actualicé en mi teléfono. Llegando a la avenida donde voy a esperar a los Benson, veo al tal Julio esperando.

Lo que faltaba.

Debajo de la sombra de un árbol me detengo a esperar y con mis lentes de sol finjo tener la mirada clavada en el piso, aunque sé qué pasa en mi alrededor. El fulano se para a mi lado y bajo el volúmen a mis audífonos para saber qué dice, aunque no le responda.

—Un gusto verte, por tercera vez —admite.

¿Tercera vez? Solo he visto a este tipo la ve que lo conocí y hoy.

No puedo evitar quedarme callado ante su afirmación.

—Recuerdame la tercera vez —fijo mi mirada en la calle.

—Te ví el viernes en la cancha de Plazoleta. El destino quiere...

—¿Sabes por qué peleaba el retador del viernes? El que ganó —le interrumpo.

—¿Quería dinero?

—Recuerda que donó el dinero y dejó el puesto de Rey vacante.

—¿Entonces?

—Kelvin Rivero retó a Daniel porque quería ser nuestro buller.

¿Nuestro?

—Rivero es mi novio, Julio. Todos lo saben en el colegio y nos jugaban bromas pesadas, por lo que Kelvin decidió ponerle punto y final retando y ganándole al supuesto rey de las peleas callejeras, que se creía el rey del colegio.

Enséñame a SoñarWhere stories live. Discover now