Capítulo 27

221 28 12
                                    

CAPITULO CON CONTENIDO +18 EXPLÍCITO

                                    

El mismo lunes, Kelvin dejó que le explicara la situación, aunque quise omitir los detalles del idiota de Julio para no crear mayor conflicto. La semana pasó volando, cosa que yo no quería que sucediera, puesto que Charlie en medio de su emoción que sacó la mayor nota del examen, me invitó a salir el sábado.

No encontré la manera de decirle que no.

De todas maneras, es solo una salida. No creo que me consiga con Kelvin en la calle.

El viernes ha llegado contra mi pesar. Salimos de clases, me fui a comer con Stephanie, Kelvin y los otros tres chicos que ahora se juntan con nosotros a un sitio cerca del colegio el cual, según Nicola, es lo mejor en calidad/precio.

Hablando del mismo rubio pintado, lo he notado dedicándole miradas sutiles a Kelvin, a pesar de qué este no cruza ni palabras con él. De todas maneras, me pego más a Kelvin y le paso una mano por la espalda.

Al terminar de comer, Stephanie se va con los otros chicos y Kelvin se va a conmigo a mi casa, puesto que no la conoce y no sabe cómo llegar. Se sorprende de lo cerca que queda, relativamente, del sitio donde fue la pelea la semana pasada.

—Ya sabes que no va a pasar nada —le recuerdo al entrar a la casa.

—Nada que tú no quieras que pase —aclara.

—Asi me dijiste la semana pasada y me hiciste el amor cuatro veces.

—No me lo recuerdes, porque me da una erección. Mira que una semana sin estar dentro de ti es mucho tiempo.

Cierro la puerta detrás de nosotros y me aseguro que mamá no esté en casa. Le ofrezco agua y subimos para mostrarle el resto de la casa. No tiene detalles tan lujosos como la suya, pero está bien cuidada. Mi habitación, también, es más sencilla que la suya. Solo tiene la cama, un escritorio pequeño y el gavetero con la ropa.

Kelvin se acerca a mí por detrás, pasando sus brazos a mi alrededor y metiendo ambas manos por mi pantalón.

—¿Seguro que ni un oral quieres? —pregunta en mi oído en un tono tan bajo, que ni el mismo se escuchó.

—¿Tú quieres uno? —pregunto en el mismo tono que él, sosteniendo su duro miembro.

—Todo lo que me quieras hacer, te dejo hacerlo.

Me doy media vuelta y nuestros labios se juntan. Haciendo contacto de una manera que no hacíamos desde hace una semana, pero que para mí había pasado más tiempo. Me lleva hasta la cama y me deja caer, para luego posicionarse arriba de mi cuando se ha quitado la camisa. Sus manos reposan cada una a los lados de mi cabeza y siento como se flexionan los brazos cuando baja a besarme.

Mi pantalón dificulta sentirlo entre mis piernas como quiero y él parece notarlo. Sin dejar mis labios, sostenido por una mano, baja la otra hasta el cinturón y con mi ayuda, desabrocha el pantalón. Se aparta un momento para quitarse el pantalón también y se queda en un boxer rojo que le asienta tan bien con su color de piel, y yo solo quiero comérmelo completo.

—¿Por qué me mirabas así? —pregunta cuando se vuelve a posicionar arriba de mi.

—Porque te deseo —le respondo en el oído, para luego pasar mi lengua por su oreja.

Kelvin vuelve a besarme de una manera más apasionada. Traza un camino de besos hasta llegar a mi pecho, dónde pasa su lengua de una tetilla a otra, enviando corrientazos a cada parte de mi cuerpo. Continúa su camino por todo mi abdomen hasta que llega al boxer, el cual quita ágilmente y me hace enterrar mi miembro en su boca, haciendo que suelte un gemido.

Enséñame a SoñarWhere stories live. Discover now