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— ¡Qué malvado!

— ¡Shhh! –Estela tapó mi boca.

— ¿Y ahora qué viene a hacer? –hablé más bajito.

— No lo sé. Supongo que a llevarse al joven Xiao.

— ¡Pero no tiene derecho!

— El joven Xiao jamás lo ha enfrentado… y dudo que lo vaya a hacer…

— ¡Pero esto no se puede quedar así! –iba a salir, pero Estela me detuvo.

— Por favor, joven Tao, no vaya a cometer una locura.

— No lo haré.

— Ni se meta en asuntos que no le incumban.

— Pero Kris está involucrado… Debo ayudarlo…

— No se lo recomiendo. El señor Xiao te puede hacer daño si te involucras.

— Pero le hará daño a Kris si no interferimos.

— El joven Wu se las puede arreglar solo. Por favor, créame, no por nada superó lo de la muerte de sus padres sin ningún psicólogo…

La mirada de Estela denotaba miedo, preocupación y mucha plegaria… Me sentía mal por ella. Por eso es que alejé mi mano del picaporte y me volteé para darle un abrazo. Ella temblaba en lo que me correspondía. Le susurraba palabras inaudibles para que se tranquilizara, y lo hizo, sin embargo, no durante mucho tiempo. Me alejé poco a poco y le prometí que no haría nada. Me llevé el par de platos de comida y salí de la cocina.

Al subir al cuarto de mis hermanos, ellos se encontraban con las cabezas gachas. Inmediatamente que entré se pusieron contentos y comenzaron a comer felizmente. Sin embargo, pude ver un toque de tristeza en sus ojos… Lo más seguro es que ellos querían tener una bonita navidad… siendo que era la primera para ellos…

— No estén tristes –dije, acariciando sus cabezas.

— La navidad es en familia… –dijo Shaoran–. ¿Por qué no podemos tenerla así?

— Owww, niños, vengan acá –ellos se acercaron y los abracé–. Ustedes no tienen la culpa de esto, ¿de acuerdo?

— Sí… Tao…

— Dime, Xia.

— ¿Y Kris?

— Kris… Él tiene que arreglar asuntos con su familia, Xia. No te preocupes.

— ¿Estalá bien?

— Sí. Tenlo por seguro –le sonreí y le di un beso en la frente.

— Glacias…

— Creo que ya tengo sueño…

— Será mejor que ambos duerman –los recosté  y los tapé–. Buenas noches.

— Buenas noches –dijeron ambos.

— Descansen.

— Tao.

— ¿Sí?

— Feliz navidad –Shaoran me sonrió.

— Feliz navidad –dijo Xia.

— Feliz navidad, niños. Duerman bien…

Cuando salí de su cuarto dejé salir un suspiro muy grande. Mi corazón se rompía en mil pedazos por ver a mis hermanos de esa forma… De repente, unas voces en la parte de abajo se empezaron a escuchar. Mi curiosidad fue tanta que no pude resistir a escuchar de qué se trataba. Cuando llegué, me recargué en la pared más cercana a la sala, lugar donde provenían las voces.

— Sabes a lo que vine, Wu.

— No, no lo sé.

— ¿En serio no lo sabes? Juraría que tú estás escondiendo a Luhan de mí.

— ¿Quién te lo garantiza?

— Luhan no tiene a nadie más con quién contar.

— ¿Tú qué sabes? Luhan tiene muchas amistades que tú por cierto no conoces al estar ausente en la mayor parte de su vida.

— Se le llaman negocios, Wu Fan.

— ¿Desde cuándo los negocios son excusas?

— Por favor, Wu Fan, estoy perdiendo mi paciencia y tú no ayudas en nada.

— No estoy aquí para ayudarte. Además, ¿quién demonios te crees para venir aquí?

— Wu Fan, malinterpretas mis intenciones. Yo no vengo a arruinarte la vida, simplemente quiero a Luhan de vuelta, eso es todo.

— ¿Y tú no te das cuenta que Luhan no quiere volver?

— ¿Te lo dijo?

— Es lógica. Si Luhan quisiera estar contigo lo primero que hubiese hecho sería contactarte. ¿Ahora entiendes por qué no lo hizo?

— Creo que estás conspirando en mi contra…

— No es conspiración, sólo date cuenta de tus errores.

Un silencio profundo llegó de repente y sentí unas inmensas ganas de salir huyendo de aquél lugar. Sin embargo, la fuerza en mis piernas se fue de un momento a otro y no podía moverme. No entendía mucho lo que estaba pasando, y muy dentro de mí quería ayudar… ¿pero cómo? Cuando me di cuenta, el tío de Kris ya iba de salida. No esperó a que alguien le abriera la puerta, sino que él salió por su propia cuenta. Por un momento pensé que descubriría mi estancia ahí, pero Kris apareció de repente y se asustó al verme.

— ¿Qué estás haciendo aquí? –preguntó.

— Estaba preocupado…

— ¿Espiaste?

— N-no fue espiar como tal…

— …

— Está bien, sí lo hice, pero fue porque estaba preocupado.

— No importa. No hay de qué preocuparse, ¿está bien? –se acercó y me dio un beso–. Lamento que esto no tuviera un desenlace apropiado.

— Basta con que tú estés bien.

— De acuerdo.

Kris me dio un último beso para después tomar mi mano y subir las escaleras. En días normales, él bien podría estar platicándome qué ocurrió en su día de trabajo o planes para días siguientes, pero desde que entramos a la habitación hasta que nos acostamos no dijo nada. El silencio reinaba en el cuarto y yo no sabía qué hacer o decir. Lo único que sabía era que Kris estaba preocupado, seguramente por Luhan, y yo no hallaba las palabras adecuadas para reconfortarlo… Simplemente cerré los ojos y esperé al otro día, durmiendo con el ligero remordimiento…

(Continúara)

For you I knew the love and the meaning of protecting others.Where stories live. Discover now