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(narra Tao)

Después de ese beso me quedé totalmente paralizado… Yo no me moví y tampoco lo hizo Sehun. Más que un beso podría decir que eso fue juntar nuestros labios nada más. Después de unos segundos, Sehun se separó de mí, me sonrió, acarició mi cabeza y se fue lentamente del lugar. Creo que ambos no podíamos decir nada. ¿Qué diríamos?

Con la confusión en mi cabeza, entré a la casa y veía a mis alrededores si encontraba a Kris, pero no aparecía. Fui a la cocina y la única que estaba ahí era Estela. Al verme, quise decir algo, pero las palabras no salían de mi boca. Incluso alcé un poco mi mano para tener su atención, aunque no dije nada. Ella pudo notarlo y se acercó a mí.

– ¿Le sucede algo, joven Tao?

– ¿Eh? No, nada…

– El joven Wu salió del hospital esta tarde.

– ¿¡Qué?!

– Pero no está aquí.

– ¿¡En serio?!

– ¿Entonces quería saber eso?

– ¡Eso no es justo!

– Lo es. Dígame, ¿lo está buscando?

– P-pues… sí…

– Será mejor que lo busque mañana. Le repito, él no está aquí.

– Ya veo… Bueno, iré a dormir…

– Seguro. Que descanse.

Salí de la cocina y subí las escaleras para entrar a la habitación de mis hermanos. Ambos estaban brincando en la cama. No sé en qué momento Xia Jun no pisó bien y casi cae al piso. Por suerte, pude atraparla a tiempo y no se lastimó, aunque creo que yo sí me llevé un buen raspón en las rodillas.

– ¿¡Por qué brincan en la cama?! ¿¡No ven lo que puede pasar?!

– Peldón…

– Nada de perdón. A la cama –la acosté.

– Oye, Tao –me habló Shaoran.

– ¿Qué pasa?

– Kris… ¿está bien?

– Sí. Salió del hospital el día de hoy.

– ¿En serio? ¡Qué bien!

– ¿Por qué te alegras?

– Quiero molestarlo de nuevo.

– ¡Shaoran!

– Jajaja, descuida. Sólo me dio curiosidad…

– De acuerdo. ¿Ya se lavaron los dientes?

– Ya –respondieron los dos.

– Bien.

Arropé a mis hermanos y me quedé ahí unos minutos más, pero no muchos. Después, salí de la habitación y entré a la que compartimos Kris y yo. Me senté en la orilla de la cama por aproximadamente 1 hora o más… No sé en qué momento me quedé profundamente dormido, esperando que él llegara… Claro está que no pasó…

Desperté al siguiente día con un poco de cansancio y la espalda adolorida. La posición en la que dormí y el frío que entró por la ventana no me ayudaron. Me di un baño y salí. Realmente no había ningún rastro de Kris, ya que yo me dormí encima de las cobijas, y éstas sólo estaban un poco desacomodadas por los movimientos que hice en la noche. Solté un gran suspiro y bajé a desayunar. En la mesa ya estaban mis hermanos.

– Buenos días, Tao –me dijeron.

– Buenos días. Buenos días, Estela.

– Buenos días, joven Tao –tomé asiento y me sirvieron el desayuno.

For you I knew the love and the meaning of protecting others.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora