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Ya que Luhan decidió actuar por sí solo, y después pude darme cuenta que me había llevado en vano, me quedé cerca de una vitrina que tenía aretes. Había de distintas formas y tamaños, así como materiales diversos. Ver algunos de ellos me recordaron a mi madre… Le gustaba usar pequeños cuando daba conferencias y largos cuando había reuniones. Sí… Mi madre era extravagante en ese sentido…

— ¿Ve algo que le interese? –preguntó una chica.

— ¿Eh? No, estoy esperando a alguien.

— Ya veo. Si me necesita, estoy a su servicio.

— Gracias.

La chica se alejó y volteé a ver una vez más a esa vitrina. Si no me equivocaba, pronto se acercaba el cumpleaños de Estela, y una parte de mí pensó en tal vez regalarle uno de esos accesorios, pero recordé inmediatamente que a ella no le gustaba usarlos. “Una pieza así no combina con el valor de mi persona. Fácilmente alguien podría comprar mi vida por algo así”, era su alegato. Gran diferencia con la mujer que anteriormente recordé…

— Listo, Yi Fan.

— Sí… ¿¡QUÉ?!

— ¿Qué?

— ¿¡Por qué tantas bolsas?!

— Quiero sorprender a mi futura suegra.

— ¿Ya lo das por hecho?

— Sí. Anda, ayúdame a cargar las bolsas, que iremos a otro lado.

En el camino a la siguiente tienda ya estaba pensando en la venganza que iba a cometer en días posteriores a hoy… Luhan seguía escogiendo cosas, como si el tal Sehun valiera tanto… Esperen… ¿Esto no debería beneficiarme? Si Luhan está cortejando a Sehun, debería ayudarle para que éste ya no se acerque tanto a Tao… ¿Por qué no se me ocurrió antes? Luhan llegó y me dijo que si íbamos a comer, a lo que accedí, pero antes lo detuve y lo abracé.

— ¿Q-qué te sucede, Yi Fan?

— Eres un genio, Luhan –sonreí al separarme.

— ¿Luhan?

Ambos volteamos y pudimos ver a Sehun, al lado de él estaban Tao y sus hermanos. Intercambié miradas serias con Sehun y después tuve que mirar a la niña, quien llegó corriendo y abrazó una de mis piernas. Dejé las bolsas y me agaché para acariciar su cabeza. Unos segundos después, el niño se acercó y me dio un abrazo, sonriéndome.

— ¿Cómo les fue en la escuela?

— Bien –respondieron los dos.

— Me alegro mucho –sonreí.

— Kris –me habló la niña.

— ¿Sí?

— Le gustas a mi maestla.

— ¿E-eh?

— ¡Xia! –gritó Tao.

— Es veldad.

— ¡N-no importa!

— Para la otra, consíguenos una cita, Xia –reí un poco y le guiñé el ojo.

— ¡Sí!

— ¡XIA!

— ¿Qué están haciendo aquí, Luhan? –preguntó Sehun.

— Vinimos a comprar algunas cosas y… a comer.

— ¿A comer? –Sehun parecía sorprendido.

— Sí –respondí– ¿Quieren acompañarnos?

— ¡Sí! –gritaron los niños.

— Entonces vamos.

For you I knew the love and the meaning of protecting others.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora