Fleur: Memorias del tiempo [DISPONIBLE EN AMAZON Y LIBRERIAS]

DEAN I

Fuego.

Una llamarada inmensa consumía todo a su paso.

El calor me golpeaba en la cara mientras observaba impasible el espectáculo en donde todo lo que podía apreciarse era la ruina, el desastre y la muerte. El cielo había desaparecido en la humareda picante, salpicada de chispas y el crujido de consumición.

Finalmente...

Abrí los ojos y me senté en la cama; de nuevo un sueño inentendible. Me llevé la mano al pecho y miré hacia arriba, al techo de madera del carromato. El sonido de los cristales balanceándose en la brisa me ayudaban a recuperar poco a poco la calma y; sin embargo, había un vacío inexplicable allí en donde mi corazón latía.

Sentía que algo en ese sueño era diferente, traía el sentimiento de satisfacción mezclado con una profunda pena.

—Hoy ella no apareció —susurré en la oscuridad al tiempo en que me incorporaba y miraba por la pequeña ventana. La cortina se balanceaba y me traía el aroma a naturaleza y brasas de las fogatas ya apagadas.

Fruncí el ceño y la insatisfacción me llenó al darme cuenta de que estaba esperando verla.

—Dean, cariño, ¿no puedes dormir?

Mamá se asomó desde afuera, sus ojos chispeaban delatando que ni siquiera había pensado en darle lugar al sueño, pese a que la noche estaba avanzada. Su silueta era borrosa en la oscuridad, pero podía reconocer su voz y la claridad en sus irises que brillaban.

—No puedo... tuve un sueño.

—Oh. ¿Un sueño con la chica de cabello blanco?

Asentí, luego negué y al final me di cuenta de que era poco probable que mi acción fuera vista.

—Ella no estaba... —dije y me sentí decepcionado.

No me di cuenta, pero cuando lo advertí, mi madre se había sentado a mi lado, hundiendo el colchón y tirando de mí a sus brazos.

—Ella volverá a aparecer, siempre lo hace, ¿no es así?

Permanecí en silencio, pero confirmé con un movimiento de cabeza. Era verdad, ella siempre aparecía, desde que tenía memoria, siempre estaba en mis sueños.