VEINTIUNO

18.5K 2.8K 892
                                    

*Pieza que toca Fleur arriba en galería*

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

*Pieza que toca Fleur arriba en galería*

Miré al hombre delante de mí y sonreí a medias cuando lo reconocí. ¿Cuántos problemas le había dado durante mi niñez? Estaba segura que muchos, pero esos años se habían perdido en mi memoria.

Ahora lo veía mucho después de lo que debió haber sido; había aplazado nuestro encuentro lo más posible, hasta que resultó inevitable.

—Lady Fleur, es un placer conocerla por fin. —Lord Cavey se presentó haciendo un gesto de cortesía que devolví con una pronunciada reverencia. Cuánto había deseado que nunca nos encontráramos y que me librara de aquel peso que me suponían sus clases; y, a la vez, también me sentía emocionada, porque todo ese tiempo en que había mirado el piano con dolor nostálgico, por fin habían terminado.

El profesor me guio en las reglas básicas que todo pianista debería saber y alabó mi rápido entendimiento. Acepté sus halagos sintiéndome algo graciosa por dentro; porque después de todo, no podía decirle que llevaba años sabiéndolo. Me fingí interesada y también cometí algún que otro error minúsculo para poder disimular el hecho de que yo sabía muy bien cada cosa que decía.

Los años en que no había hecho uso de esta habilidad me ayudaban a lograr credibilidad, mis manos se habían vuelto más torpes y apretaba teclas que no correspondían. Sin embargo, ahí estaba, ese burbujeo en el estómago que sentía al escuchar el sonido proveniente del golpeteo contra las cuerdas ocultas en el interior del instrumento.

Había un placer inusual en esta acción tan común de la aristocracia, porque no había nada más normal que el hecho de aprender a tocar un instrumento, recitar bellos versos o dibujar para el ocio usual.

«Qué nostalgia».

Había pasado innumerables veces junto al piano, con las ganas picando en mis manos; pero me había contenido, porque no podía controlarlo aún. Ahora me sentía lista.

Sentía que gran parte de mis sentimientos estaban bajo control, que ya podía sentarme y tocar sin ningún riesgo; que ya no tenía que preocuparme por hacer un desastre.

No obstante... el tiempo me había dicho que todavía me faltaba demasiado.

 el tiempo me había dicho que todavía me faltaba demasiado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Fleur: Memorias del tiempo [DISPONIBLE EN AMAZON Y LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora