a c h t z e h n

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Jimin desde ahora se consideraba el mayor fanático de la sonrisa de Jungkook. En clases nunca había tenido la oportunidad de verlo sonreír así, pero ahora sabía que las sonrisas de Jungkook eran una bendición. Él sonreía y todo a su alrededor parecía tener más vida y color que antes, como si esa sonrisa le devolviera el sentido a todo. Jimin viviría sólo para verlo sonreír... Y Jungkook sentía exactamente lo mismo por su sonrisa.

— Hace mucho que no venía a un parque de atracciones. — admitió Jimin, que disfrutaba de un helado —. Creo que la última vez que fui a uno tenía seis años y papá todavía estaba con nosotros.

—¿Dónde está tu papá? — preguntó Jungkook, guiándolo de la mano hacia una nueva atracción.

— No volvió nunca después de saber que mamá lo engañaba con su compañera de trabajo. — contestó Jimin sin más, encogiéndose de hombros —. No sé dónde está, la verdad. Supongo que en algún lugar de esta ciudad. Tal vez ya tiene otra familia.

— Lo siento, no debí preguntar...

— ¡Oh, no! Tranquilo. Se fue cuando estaba muy pequeño, no lo extraño. — admitió Jimin cuando ya Jungkook había detenido su paso, girando en su dirección y mirándolo directamente a los ojos —. Tanya es como mi papá... Sólo que con pechos muy grandes.

Jungkook sólo sonrió.

Sus ojos se desviaron inevitablemente a los labios de Jimin, y rió enternecido.

— Tienes un poco de helado aquí... — murmuró, extendiendo su mano hacia el rostro del chico y limpiando una esquina de su boca con su dedo pulgar —. Listo.

— ¿Por qué Seokjin y Taehyung ya no están juntos? — ladeando la cabeza y haciendo una mueca de confusión, Jimin preguntó cuando Jungkook lo abrazó por los hombros para que caminaran al mismo ritmo.

— Supongo que Seokjin no quiere lastimarlo. — guiándolo a la larga y ruidosa fila para entrar a el carrusel, Jungkook le susurró sobre el oído para que pudiera escucharlo bien —... Seokjin es alguien que disfruta mucho de su libertad. No le gusta estar comprometido con nadie, dice que es como si lo estuviesen asfixiando. Nunca se ha enamorado de verdad, por lo tanto es incapaz de pensar en una sola persona. Taehyung es diferente, es un chico muy sensible y romántico. Le gustan las cartas de amor y todas esas mierdas. Seokjin sabe que no es bueno para él... Por eso lo dejó. Taehyung se estaba tomando muy enserio lo que tenían, y Seokjin nunca hace eso.

Jimin hizo un puchero inconscientemente, cruzándose de brazos.

— Que puta mierda... — susurró, frunciendo su entrecejo —. Espero que Taehyung encuentre a alguien que lo ame mucho, lo merece.

— Sí, así es. — sonrió levemente Jeon, dejando un beso sobre la frente de Jimin.

— Oye, un momento. — los ojos de Jimin brillaron y se abrieron exageradamente, al mismo tiempo que sus lindos labios formaban una tierna O de la sorpresa —¡Estamos en el carrusel! ¿Qué hacemos aquí?

— Bueno, mon amour... Desde que llegamos no has dejado de mirarlo. Y yo quiero subir contigo. — lo miró a los ojos con complicidad, y le guiñó un ojo.

— Eres el mejor, Jeon Jungkookie. — rió levemente, arrugando su pequeña nariz. Jungkook le besó la frente una vez más.

(…)

Cuando se fueron del parque el ambiente era totalmente diferente a cuando iban llegando y el sol todavía resplandecía.

Jungkook y Jimin caminaban al mismo ritmo con sus brazos enlazados como dos chicos que se tenían toda la confianza del mundo, hablando de cosas sin importancia y riendo de algunas otras cosas mientras se acercaban a la salida.

Taehyung se les unía a la conversación cuando lo veía necesario, pero la mayoría del tiempo estaba en silencio.

Seokjin intentaba llamar la atención de Taehyung, pero él se dedicaba a ignorarlo descaradamente. Así que Seokjin muy pronto se cansó de hablarle, y se volvió cabizbajo y silencioso.

Jimin y Jungkook ni siquiera lo habían notado, estaban muy ocupados coqueteando y mirándose de formas atrevidas.

Pero cuando Taehyung logró obtener la atención completa de Jungkook, iniciando una tonta discusión sobre si las hamburguesas eran mejores que la pizza, Jimin notó algo raro.

Habían dejado a Seokjin atrás, el chico los seguía a lo lejos manteniendo un perezoso andar. Y no había intentado insultarlo, ni había hecho comentarios molestos.

Jimin arqueó una ceja, curioso. Se soltó del agarre de Jungkook y le dio un beso en la mejilla antes de devolverse a buscar a Seokjin.

Eso llamó la atención de ambos chicos, que le pusieron pausa a su discusión y observaron lo que Jimin haría.

— Hey, tarántula. — dijo para llamar su atención cuando llegó junto a él —¿Estás bien? — le preguntó, preocupándose un poco al verlo limpiarse disimuladamente una lágrima.

— N-No. — respondió con voz débil, dejando caer su cabeza sobre el hombro de Jimin y ocultando su rostro entre sus manos. Jimin fruncio su entrecejo, confundido. Pero de todas formas sostuvo la cabeza del otro rubio contra él.

— Vamos, tenemos que irnos. Lo que sea que haya pasado con Tae... te ayudaré a solucionarlo. — lo consoló, mientras lo llevaba a donde estaban los otros dos chicos.

(…)

I'm falling so I'm taking my time on my ride, chau.

COFFEES AND BOOKS 桜狩り; kookminWhere stories live. Discover now