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"Cada cosa en su lugar"

La boda estaba apunto de comenzar cuando nuestro rey se encontraba en ese mismo balcón, sobre la misma reja, con su mirar fijo en el mismo lugar, el hotel. A pesar de estar en total soledad se le veía muy pacifico, no podía culpar del todo a su mujer, él sabía perfectamente que la mitad de la culpa la tenía aquel ciervo al que amaba ciegamente, le molestaba observar a lo lejos a todos esos pecadores que acudían al hotel, ¿qué sentido tenía celebrar una boda farsante?, ninguno desde claro.

- Debo irme ya - aquella mujer alta se recargó en el marco de las puertas de cristal a espaldas del rubio - ¿Estas completamente seguro de que no quieres ir? - cuestionó preocupada, aun se sentía esa escasez de ánimo en su voz.

- Estoy bien, ve y hazla feliz... - hablo sin siquiera mirarle, sus ojos no se despegaban de la vista.

- Eso haré... - fue lo último que dijo para alejarse poco a poco hasta que los pasos que marcaban sus tacones desaparecieron dejando solo al ángel caído.

"Claro que no me rendiría."

"Por ti voy al cielo y vuelvo a caer en tus brazos."

"Quien ama y es correspondido, luchará hasta el final."

Lucifer estaba más que claro en que este no podía ser el final, no iba a dejar que las cosas acabaran así, sentía que no era necesario preguntarse "¿Por que hago esto?", él sabía en su totalidad que lo hacía porque lo amaba. Aquel rey se soltó de la reja dejándose caer al vacío, a solo unos cuantos metros del suelo sus alas se hicieron presentes, necesitaba de su amado ciervo para vivir, quizás era literal, pero eso no quitaba el hecho de que necesitaba ver su sonrisa todos los días al despertar.

Vestido para impresionar, el negro comenzaba a ser de su gusto, el rey no se veía muy seguro de lo que planeaba hacer, estaba nervioso. Su vuelo terminó sobre el techo de uno de los edificios frente al hotel de su hija, estaba siendo precavido, no quería llamar la atención hasta que fuese el momento exacto de hacerlo, era capaz de escuchar lo que sucedía dentro, pero antes de que él tomara el valor para entrar... Vio a alguien en especial correr con mucha prisa hacia el salón, como si su vida dependiera de ello.

La intriga se apoderó de aquel ángel caído quien enseguida utilizó sus trucos para ocultarse entre el público dentro del salón, vaya que las cosas se comenzaban a tornar interesantes, miro por un momento el altar donde se encontraba su hija más hermosa que nunca. Los ojos del rubio se posaron en su amante, ese traje le quedaba precioso sin lugar a dudas... "Tan hermoso como la primera vez que mis ojos lo miraron."

- ¡Charlie! - llamó la chica de la cruz en voz alta, se veía tan exhausta como si hubiese corrido un maratón antes de llegar.

- ¡Vaggie! - la novia corrió enseguida hasta ella para abrazarla con fuerza, ambas habían quedado en medio del salón sobre esa alfombra roja - ¿Que haces aquí?, pensé que no querías ser parte de esto... - la rubia bajo un poco la mirada al mencionar lo último.

- Es verdad... - hablo por lo bajo y la princesa la miro confusa - ¡No puedo permitir que te cases con la persona equivocada! - alzo su tono de voz para que todos los presentes la escuchasen.

- No puedo creer que volvieras... Solo por mi - la princesa sonrió tiernamente tomando a la chica de piel gris por las mejillas.

- Claro que he vuelto por ti... - Vaggie apartó con cuidado las manos de la rubia y se arrodillo ahí mismo - Deja esta farsa de una vez... ¿Me concederías el deseo de convertirte en la reina de mi castillo? - las mejillas de la princesa se ruborizaron, aquella demonio de tes gris le extendió la mano.

Cuando La Sangre Seduce | Lucifer x AlastorTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang