Cuando La Sangre Seduce | Lucifer x Alastor

♦️#14♦️

"Se termino"

Mis ojos se abrieron así sin más, sentía un terrible dolor bajo mis caderas y creo que no es necesario mencionar el como o el porque... Me estire a causa del dolor, mi cuerpo daba uno que otro crujido, "¿tan mal estaba?", esforcé mi cuerpo como pude para quedar "sentado" en el mismo lugar donde había despertado, algo suave me acobijaba pero no eran las sábanas de aquella cama blanca que bueno, ya no era tan blanca, sacudí la cabeza para centrar mi vista observando aquello tan suave sobre mi.

Eran unas hermosas alas negras se posaban sobre mi cuerpo totalmente desnudo regalándome su acogedora calidez, me dediqué a seguirlas con la mirada hasta su lugar de origen topándome con mi "amante" que dormía pacíficamente al otro extremo de la cama, suponía que había sido demasiada la emoción de aquella noche porque le conocía, estaría despierto ya de no ser así.

Aparte la mirada de él dedicándola con detalle a cada pedazo de la cama que a decir verdad había terminado siendo un asco, fue entonces que mis orejas se movieron un poco al percibir un sonido, yo reconocía ese sonido, giré mi vista rápidamente percatándome de una de esas cosas, un "celular" que vibraba repetidas veces, este se encontraba sobre uno de esos elegantes muebles de madera color blanco. "La curiosidad mato al gato" decía aquel tan famoso dicho, moví cuidadosamente sus delicadas alas haciéndolas a un lado hasta que fuese suficiente para librarme de su cálido agarre.

Mordía mi lengua ahogando todos esos quejidos de dolor que mi cuerpo me provocaba en cada movimiento que hacía, al tocar el suelo con mis pies casi termino despoblando me sobre el, me daba vergüenza a mi mismo solo pensar que la noche anterior era yo quien suplicaba por "más." No tuve de otra así que aparecí mi cetro, necesitaba poder recargarme en algo para mantenerme de pie, sentía que mi espalda se partiría en dos en cualquier momento si me descuidaba, caminar ahora parecía ser de las cosas que ya no podría hacer por lo menos en un par de días, pensaba mientras cojeaba en dirección al artefacto que estaba sobre ese mueble.

Sí... Había olvidado el pequeño detalle de que estaba desnudo, es que mi cuerpo físicamente estaba "destrozado" por así decirlo, sin embargo, mis poderes fueron avivados aquella noche al beber la cristalina sangre real que yacía en Lucifer, cerré y abrí mis ojos vistiéndome en el acto. Finalmente mire el que al parecer era su celular... Mis ojos brillaron en llamas al mirar de quien eran dichos mensajes, "VOXI" seguido de un corazón, eran fácil unos jodidos 50 mensajes de esa perra de mierda, inconscientemente mis garras hicieron pedazos lo que en algún momento fue un celular.

"Ay, mi querido Lucifer..." dije por lo bajo soltando un suspiro, me di la media vuelta observando aquel precioso ángel caído que a fin de cuentas siempre fue el mismísimo diablo, podía hacer lo que se le complaciera con quien quisiese y cuando lo quisiese. Camine forzoso hasta el lado donde se encontraba el supremo gobernante del infierno, lentamente me acerqué a sus labios para susurrar sobre ellos "se termino tu juego amor mío", simplemente lami sus labios al termino de mis palabras chasqueando los dedos para desaparecer de ese lugar que como estupido alguna vez consideré un hogar, ese mismo que pensé que llegaría a compartir con "el amor de mi vida."

Sabía que el amor era para los débiles y yo como un idiota creí en el a sabiendas de que nunca fue real tal cosa, todos mienten al final...
.
.
.

Tranquilamente revisaba cada documento que yacía sobre mi escritorio sentado frente al mismo, hacia el intento de concentrarme al leer, pero simplemente no podía, aquel ciervo pelirrojo parecía no querer salir de mi mente, mi mente traviesa me daba imágenes de su cuerpo totalmente desnudo sudando sobre mi. Me era imposible pensar que alguien fuese capaz de tenerme de esta manera... ¿enamorado?, lo que había desarrollado por él iba más allá de un simple "me enamoré", quería poseerle, hacerlo mío y solo mío, "maldita sea Lucifer concéntrate" suspiraba recargando mi cabeza sobre mis manos por encima de todos esos aburridos papeles.