Cuando La Sangre Seduce | Lucifer x Alastor

♦️#1♦️

"La primera mirada"

Era aquella voz la que resonaba en mis adentros, había caído en algún tipo de sueño profundo, pero al intentar abrir solo un poco mis ojos podía apreciar lo que parecía ser sangre a mi alrededor... Es como si todo hubiese sucedido tan rápido que me costaba recordar lo que había ocasionado por un estupido capricho mío junto a la sed de poder, no tenía ni la menor puta idea de donde estaba, pero era muy cómodo.

Estirándome un poco me di cuenta de que al parecer yacía en cama ajena, ¿pero como?, ¿cuando?, ¿donde?, pero la pregunta más importante era... ¿con quien?, déjame contarte desde un principio como es que todo comenzó...

Todo iba como yo quería que fuese, mi estadía en el hotel había sido muy satisfactoria, adoraba molestar a la chica de pelo gris diciéndole que no se ilusionara con la chiquilla de Lucifer porque en un abrir y cerrar de ojos sería mía si la descuidaba aunque sea unos segundos, cada que me miraba era como si pudiese sentir su ira hacia mi por la gran cercanía que tenía lograda con Charlie. Su odio me alimentaba al igual que la idea de ser el siguiente gobernante del infierno.

Liberar mi poder a su máximo nivel sonaba tan bien que me producía un sabor dulce en la boca, sabía que me divertiría separando los cuerpos de otros demonios en dos a la fuerza solo por diversión, sus gritos resonando en mi cabeza, el dulce aroma de la sangre sobre mi ropa, todo sonaba tan perfecto, tenía fe en que así sería sin importar quien se intentara poner en mi camino con esperanzas de detener lo que relativamente era inevitable.

Me encontraba leyendo tranquilamente uno de mis tantos libros cuando escuche alguien tocar la puerta, mi pecho estaba totalmente desnudo por el calor, mi corbata estaba algo floja pero aún así tome solo la parte de encima de mi traje y me la coloqué rápidamente. Abrí la puerta, oh sorpresa... Era Charlie quien se sonrojó al mirar que no llevaba camisa debajo más encima no me había molestado por abotonar mi chaleco antes de abrir.

- Buenas tardes señorita Magne, ¿en que puedo servirle? - pregunté con naturalidad sin perder mi toque personal.

- Bu~buenas, solo quería de~decirte que habrá una junta más tarde. - tartamudeo algo nerviosa tosiendo falsamente al final.

- Vale, no tengo problema con ello, estaré puntal princesa. - extendí aún más mi sonrisa sin apartar mi mirada de ella.

- Ah, te he dicho que puedes decirme solo Charlie, al final somos socios. - rio aún nerviosa, pero esta vez tratando de no mirarme.

- Esta bien Charlie. - dije hablando algo coqueto al pasar uno de mis dedos por su mentón.

- Perfecto!, eh... Tengo que irme ya! - dicho lo último se hecho a correr totalmente sonrojada huyendo de mis garras.

Me causaba mucha gracia que ella sabiendo que podía mandarme a la mierda cuando quisiera no lo hacía, era más que obvio que le gustaba como la trataba de todas formas tarde o temprano sé que va a caer en mis garras. Antes de que pudiera darme la vuelta siquiera para cerrar la puerta detrás mío escuché una voz inconfundible que se hacía cada vez más clara, Ángel se acercó a mi puerta posando de manera "provocativa" delante de la misma con la mirada totalmente fija en mi.

- Oye muñeco, pero que bien te ves así...- coqueteo mordiéndose la lengua.

- La vista no era para usted señor Angel, por favor retírese. - actúe con autoridad dándole la espalda.