Capítulo 4. Doble invitación.

270 11 4
                                    

Esta es la semana más difícil a la que me he enfrentado desde que estoy en San Francisco. Desde el sábado que terminé con Derek mi ánimo ha estado por los suelos. He recibido la visita de Maia intentando alegrarme, sin embargo, una ruptura no es algo que se supera de un día para otro. Por lo menos no cuando le tienes tanto cariño a esa persona. Y en mi caso, vaya que sí quiero mucho a Derek.

Jacob también ha intentado alegrarme. Junto a su hermana y Marco me llevaron al parque de diversiones. Debo admitir que de toda mi semana, ese día logré sentirme un poco mejor. Descubrí que Maia y Marco tuvieron algo en el pasado, pero al parecer no funcionó así que ahora intentan llevar una relación de ex novios que son amigos, más o menos decente. Fue divertido verlos discutir casi por todo.

Después de ese día mi humor ya no está tanto por los suelos. Ha logrado subir gradualmente. Justo ahora no es que me sienta por las nubes, finalmente bien y con mi corazón completamente sanado. No. Sigo teniendo mis bajones, sin embargo intento sobrellevarlo lo mejor que puedo, pues como dijo Maia: «llorando por los rincones no conseguirás cambiar nada. Lo único que te queda ahora es sonreír y ver para adelante». Y eso he intentado desde aquella tarde.

Cierro mi casillero y me giro para ir a mi siguiente clase. Veo a Maia viniendo a pequeños saltos hacia mí. Le regalo una pequeña sonrisa cuando está cerca.

—¿Cómo vas? —pregunta, dándome un abrazo.

—Un poco mejor que ayer —respondo en un susurro.

Se separa de mí y engancha su brazo al mío.

—Me alegro por eso —pronuncia con su peculiar sonrisa—. Date tiempo, ¿sí? Los corazones rotos son los que más tiempo toman en curar.

—Lo sé —asiento.

Continuamos caminando hasta mi salón. Maia comienza a hablar sobre las responsabilidades que tiene. Le es un poco complicado dividir su tiempo en ser presidenta estudiantil, pertenecer al periódico y en ser animadora. Al parecer está considerando dejar uno de ellos para así tener un poco más de tiempo y poder equilibrar todo. Yo por mi parte estoy bien en el periódico escolar. Junto con Josh somos encargados de la sección de eventos y nos va muy bien. Bueno, él hace mucho es encargado de dicha sección. Yo, por otro lado, soy nueva y gracias al cielo he logrado adaptarme bastante bien. Mi compañero es un chico muy simpático que con mucha paciencia me ha explicado todo lo que necesito saber.

—¿Y qué dices? —cuestiona Maia sacándome de mis pensamientos.

Con una expresión de confusión me giro a verla.

—¿De qué? —inquiero.

Ella rueda los ojos.

—Nia, no me estás escuchando —se queja—. Espero que no estés pensando en el estúpido de tu ex novio —regaña, levantando una ceja suspicazmente para hacerme confesar.

—No estaba pensando en él.

—Más te vale —pronuncia soltando un suspiro—. Te decía que mañana habrá una fiesta y nos han invitado.

—¿Una fiesta? ¿Dónde? 

—Es en casa de unos chicos de otro colegio —responde, parándose delante de mí pues ya hemos llegado a mi salón—. Te estaba preguntando que si querías venir con nosotros.

—¿Con Jacob y tú?

—Y Marco —dice de mala gana. Es obvio que no le agrada para nada la idea, no obstante debe soportarlo pues es el mejor amigo de su hermano.

Hago un mohín. No por la idea de Patterson, sino por la idea de la fiesta. ¿Una fiesta? ¿Yo? Ni siquiera conozco a esa gente. Y tampoco me han invitado. Me sentiría como una intrusa.

No me gustasWhere stories live. Discover now