Epílogo

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Trece meses después.

—¿Qué tal todo? ¿Te gustó?

Jacob sonríe al otro lado de la pantalla.

Me encanta —responde.

Sonrío también.

—Me alegro mucho por ti, Jake. Serás el mejor jugador del mundo —declaro.

Gracias, Nia. Ojalá no me escuche mi hermana, pero eres la mejor amiga que pueda existir —dice él con sinceridad.

Mala suerte para ti porque ya te escuché —habla la más pequeña desde lejos. Jacob se gira, permitiéndome verla venir a paso veloz hacia su hermano—. ¿Desde cuándo ustedes dos hablan? ¿Ya reemplazándome, Nia?

Suelto una risa a la vez que niego con la cabeza. Ella, tan dramática como siempre.

Hablamos siempre. —Le confiesa su hermano mayor—. Que Nia te lo oculte es otra cosa.

Abro mi boca, fingiendo sorpresa e indignación.

—No me esperaba esta traición de ti, Jacob —replico.

Lo escucho reír. Voltea a verme y lanza un beso a la pantalla para mí. Su hermana salta para lograr verme y me da una mirada que dice: «te vigilo». Yo vuelvo a reír por su reacción y luego escuchamos que su madre los llama, así que me despido de ellos.

Nos vemos pronto, dulzura —se despide Maia.

—Nos vemos pronto, muñeca.

Jacob finaliza la llamada y yo me levanto de la cama. Salgo de la habitación, yendo a la primera planta. Escucho risas en la cocina y me dirijo allí. Veo a Amy intentando preparar algo y a mi padre abrazándola. Sonrío ante la imagen. Esto es justamente lo que yo quería para él.

—Oh, cariño, qué bueno que llegas. Ven, prueba esto —habla Amy al verme. Le sonrío y camino hacia ellos. Ella extiende una cuchara hacia mí y yo pruebo lo que me ofrece—. ¿Qué tal?

—Creo que le hace falta un poco de crema. No está tan esponjoso —comento.

Ella asiente y se separa de mi padre para ir a buscar la crema. Él me mira, se acerca a mí y toma mi cabeza entre sus manos para dejar un beso sobre mi cabello.

—Te amo —susurra.

Yo sonrío.

—Te amo más —le contesto, también en un susurro.

Amy vuelve y agrega la crema a la mezcla que tiene. Gracias universo.

Amy tiene una pastelería en el centro, cerca de donde mi padre trabaja. Se conocieron un día que él fue a buscar un pastel para mi abuela, (quien por cierto, ya vive con nosotros). Creo que fue amor a primera vista. Desde entonces él continúo yendo hasta que finalmente le propuso una cita. Amy es una mujer que al igual que mi padre ha sufrido. Perdió a un hijo hace años durante su embarazo, lo que provocó el divorcio con su ex esposo. Después de eso decidió abrir una pastelería, la cual es un éxito. Ella y mi padre han logrado complementarse muy bien. Ambos saben lo que quieren y disfrutan mucho de lo que están construyendo.

Salgo de la cocina y voy a la sala. Mi abuela está sentada en el sofá tejiendo algo. Me acomodo junto a ella, acostándome en el sofá y colocando mi cabeza en su regazo. Ella detiene lo que hace para verme.

—¿Qué te ocurre, escarabajo? —me dice y yo río.

—¿Escarabajo? —le pregunto, levantando una ceja—. Ese es uno nuevo.

No me gustasWhere stories live. Discover now