— ¿Qué hiciste que?— lo miro sorprendida. Sé que desde que Mauro se enteró de lo que hizo Gastón empezó a desagradarle a tal punto que siempre me decía que tenía ganas de desdibujar su bonita sonrisa de su estúpido rostro, pero nunca pensé que lo haría. Aunque pensándolo mejor, solo era cuestión de tiempo, Es Mauro...

— Él intento empujarme y ese fue el peor error que pudo haber cometido, ahora tiene el labio partido... Tuvo que irse de la casa de Isabel sangrando y con toda su ropa de marca manchada — se rasca la punta de la nariz — ¿Ya estoy perdonado?

— ¿Perdonado? A partir de hoy te convertiste en mi superhéroe favorito— declaro con una sonrisa y me lanzo a él para abrazarlo. — Solo hubiese querido estar ahí para ver eso...

— Estoy seguro de que Arturo lo filmo todo con su móvil, no tardará mucho en estar en su canal de YouTube— se suelta de mi abrazo y su expresión es un poco más seria — Ahora cuéntame que sucede con Santiago.

Me siento a su lado, acomodándome para quedar frente a él con mis piernas cruzadas, tomo aire y le cuento toda la verdad: la mentira que dije a Isabel, la invitación de mamá, lo que paso después del beso (preferí obviar la parte en la que casi cae del treceavo piso, es solo una verdad a medias) también le conté lo que paso después y como cambio de un segundo al otro y me pidió que me fuera. Mauro me escucha atento, no me interrumpe hasta que termino.

— De verdad te gusta ¿No? — pregunta seriamente.

— No... Si, me gusta pero Gast...

— Lib no jodas con lo de Gastón — voltea sus ojos — Terminaron, te engaño y no están juntos, puedes estar con quien tú quieras. Santiago no termina de agradarme del todo, pero desde que terminaste con Gastón, Santiago es el único que te hace sonreír de verdad, es el único que pudo hacer que salgas de tu habitación... Algo bueno tiene que tener para que tú confíes en él. — se pone de pie y me hace un gesto con la cabeza para que haga lo mismo. — Vamos, te llevare para que veas que se encuentra bien— me quedo mirándolo algo confundida—No cambiaras tu mirada de sabueso triste hasta que lo veas, así que vamos...

Entro a la ducha y me arreglo lo más rápido que puedo. Cuando ya estoy lista bajo a la cocina donde Mauro esta comiendo un pedazo de pastel.

— ¿Mamá no esta? — desde ayer que no la veo y me sorprende que no haya nada más que pastel para comer. Eso quiere decir que salió temprano.

— Fue a comer con una amiga y luego al cine creo.

¿Con una amiga? Me siento frente a Mau para esperar que termine de comer y recién me doy cuenta de que es domingo y él está en casa, sin hacer nada.

— Mau ¿Esta todo bien con Diana? Porque desde que volvieron sueles pasar los domingos con ella — pregunto y él espera a tragar su bocado de pastel para responderme.

— La deje — contesta tranquilamente.

— ¿Qué? ¿Por qué? — estaban tan bien ¿Cómo es que terminaran o corrijo, que mi hermano terminara con ella?

— Quería mas compromiso de mi parte— se limpia la boca con una servilleta— Fui honesto y le dije que no puedo darle más de lo que teníamos, pero ella quería ponerle una etiqueta a nuestra relación y yo no puedo...— sonríe — No puedo prohibir a todas las mujeres del mundo de esto — se señala así mismo y no puedo evitar reírme — Soy un lobo solitario, no nací para las relaciones. Soy del mundo y el mundo es mío.

Se para y coge las llaves de la moto. Lo veo y si, tiene razón, Mau no nació para tener una relación seria, le gusta su libertad y eso no logrará cambiar nunca por nada ni nadie, solo un milagro o un ángel caído del cielo podrá hacer que él se enamore y soy escéptica con que alguna de esas dos cosas pase...

¿Mi Problema? TúWhere stories live. Discover now