Epílogo

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El Yermo se encontraba desolado, una banda de comerciantes muertos mientras los saqueadores huían montados en sus trineos tirados por ratas gigantes. Cuando de por debajo de las dunas comenzaron a salir...ellos "La Colmena". Zángano salió a la superficie, sus brazos estaban repletos de largos cristales anaranjados. El sol se sentía bien sobre ellos, Zángano solo necesitaba un poco de sol para vivir, pero a veces tenía sed y hambre de algo más "sustancioso"

Otros zánganos también salieron a la superficie, últimamente era mucho más seguro mantenerse bajo las dunas cuando La Carne se mataba entre ellos. Zángano llegó hacia el cadáver de una mujer de rostro arrugado, entonces Zángano comenzó a babear, había pasado varios soles desde la última vez que tuvo carne fresca. Zángano entonces enterró sus dientes afilados en el brazo de la mujer. Y rasgó la carne. Zángano comenzó a mascar torpemente la carne del brazo de la mujer, su boca se refrescaba con la sangre. La cual yacía seca y llena de arena por estar bajo la duna.

"Ya vienen" escuchó Zángano. Zángano giró la cabeza, en la distancia una nube de polvo fue levantada. El sonido estridente de aquellas cosas veloces asustaba e irritaba a Zángano, pero no había algo que Zángano pudiese hacer. Las cosas rapidas y ruidosas, eran veloces y su carne era fría e imposible de comer. Zángano se rompería primero todos los dientes antes de poder cortar un pedazo de carne fría y brillosa del animal veloz que montaba La Carne.

Uno pedazo de carne sobre la cosa rápida apuntó con su brazo afilado hacia Zángano y el resto de la colmena, la carne descendió y con ellos dos de los suyos. Sus brazos afilados eran capaces de cercenar brazos y piernas con solo un tajo. Zángano no podía dejar que matara al resto de la colmena. Zángano ordenó a dos de los suyos a cavar y desplazarse por debajo de la arena mientras el resto los confrontaba. Tres zánganos murieron tratando de matar a La Carne. Pero otros dos zánganos lograron sujetar por los pies a otra Carne. Y comenzaron a devorarlo desde abajo sin salir a la arena. La última Carne fue tras Zángano, pero Zángano logró evadir el golpe de su brazo afilado. Zángano entonces se dio cuenta que esa Carne era hembra. No era tan fuerte ni tan hábil como La Carne macho. Por lo que Zángano logró someterla en la arena. Zángano entonces notó algo extraño. La Carne hembra buscaba desesperadamente su brazo afilado. Zángano no entendía por qué.

Zángano estiró su brazo y tomó el brazo afilado, apestaba al mismo material que las bestias veloces y ruidosas. La Carne hembra quedó sorprendida. Casi como si supiese lo que iba a pasar. Zángano entonces levantó el brazo afilado y lanzó el golpe contra el pecho de La Carne hembra, La Carne comenzó a gritar. Zángano continuó golpeando y golpeando hasta que finalmente La Carne hembra dejó de moverse. Zángano miró el brazo afilado, la sangre corría por el filo de este. Y había podido cortar con gran velocidad lo que le habría tomado minutos cortar con sus dientes. Zángano.

"Brazo-filoso-servir-bien" Pensó Zángano. 

Días de Anarquía: Año 7Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz