Capítulo 50 | Despertando al dragón

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XIANG-WU

Jamás pensó Xiang en una situación así, todos yacían famélicos en el interior del bunker. Pero la idea de que finalmente aquellos invasores finalmente los hubieran derrotado los hacía sentir terribles. Durante el día Los Reyes gritaban, bailaban y ejecutaban a los soldados que capturaban, a Xiang no le importaba, lo que le importaba era como ellos derramaban cantimploras de agua sobre la tierra. Lo hacían para aterrarlos, lo hacían para acabar con todos.

Xiang continuó metido en la estación de radio, checando nuevamente todas las frecuencias, no podía evitar pensar que le faltaba checar alguna. Entonces escuchó una señal en la onda de radio de largo alcance, estaba un poco confusa por la estática y por el ruido de los ataques.

"Ashton...refugio...Ashton..."

Xiang se dirigió entonces a un mapa que tenía sobre los Estados Unidos. Y buscó Ashton. Y luego se sorprendió...Ashton, una de las ciudades creadas como parte del proyecto SafeHouse. Xiang desconocía mucho sobre el proyecto SafeHouse. Y uno de sus objetivos era descubrir para que servía. Antes de las Bombas, China tenía entera confianza que su gente sobreviviría, que el tamaño de su nación y la historia les darían la razón. Y desde hace siete años que no se sabe que fue de ella. Sin embargo, los americanos iniciaron el proyecto SafeHouse para preservar a sus ciudadanos. Aunque se desconocía cuantas ciudades funcionaban como parte del proyecto. Lo único que Xiang conocía eran algunos rumores, ciudades equipadas, con población selecta. Laboratorios secretos y armamento también.

Seo Min, entró en la habitación. Tenía el cabello relamido por el cebo, habían pasado días desde que inició la escasez de agua. La chica se veía mal trecha, ya ni siquiera osaba arreglarse. Nadie le importaba mucho.

--Xiang, ¿Qué vamos a hacer?—preguntó Seo Min.

"¿A que te refieres con que vamos a hacer...acaso hay algo por hacer ahora?" pensó Xiang, el joven se quitó los audífonos y los dejo sobre la mesa a un lado del radio de onda larga. Xiang se talló los ojos y luego miró a Seo Min.

--No lo se. --Respondió Xiang.—Sobrevivir tal vez, sobrevivir hasta que no podamos más y cuando ese momento llegue entonces...

--No puede terminar así, debe de haber algo que podamos hacer. -- La chica irrumpió en la oficina de Xiang, y comenzó a revisar los mapas de la ciudad. Los Reyes habían marcado todo el territorio a su alrededor. Habían quedado finalmente cercados.--¡Aquí! ¡Xiang, parece que por aquí hay una forma de salir!

Seo Min se refería a un viejo túnel que comunicaba al bunker con la base aérea en las afueras de la ciudad. Xiang descartó esa posibilidad desde que comenzó el sitio. Para abrir la puerta hermética hacia la base aérea, había que reiniciar el sistema de seguridad, lo que inhabilitaría las defensas de todo el compendio.

--Incluso si intentáramos salir de aquí. ¿A dónde iríamos Seo Min?, Todo está destruido. –Respondió Xiang

Seo entonces miró hacia el mapa de los estados unidos, vio una tachuela sobre el pueblo Ashton, Xiang había puesto la tachuela para no perder la ubicación de la ciudad.

--¿Ashton?, ¿Qué es lo que hay en Ashton?—Preguntó la chica.

--Mi hipótesis es que es una de las ciudades del proyecto SafeHouse.—Respondió Xiang.

--Está lejos...--Respondió Seo Min. –Deberíamos ir allá.

--Ashton está al otro lado del Yermo. Y no tenemos forma de salir de aquí, en el momento que tratemos de escapar seremos aniquilados. Además el resto de los transportes no están equipados para todos, muchos morirán tratando de llegar a Ashton.

--No todos. —Respondió Seo Min. —El presidente está hablando con el nefasto Marco Antonio Reyes en este momento, está tratando de llegar a un acuerdo con él para dejar que las tropas salgan.

Era verdad, Xiang lo sabía, en su papel de Charlie Song, el muchacho había oído algunas de las propuestas del presidente Cooper con Marco Antonio Reyes, pero todo parecía llegar a la misma conclusión. Marco Antonio Reyes estaba dispuesto a dejar ir a todos, si con gusto se cortaban las cabezas y las arrojaban a sus pies. Todos en la sala de juntas habían quedado sorprendidos por las declaraciones del hombre. Nadie sería perdonado, todos eran culpables e iban a morir por eso.

Xiang y Seo Min fueron a la sala de reuniones, todos en el gabinete presidencial estaban discutiendo, todos sabían que llegaría el fin, solo que no sabían cuándo. Sería hoy, mañana o cuando...pero estaba cerca. Entre todos los presentes el presidente se levantó de su asiento, el hombre había estado meditando desde que terminó la conversación con Marco Antonio Reyes.

--¡Todos cálmense! —Exclamó el presidente. —Llegando a este momento es claro lo que debemos hacer. Hay que prepararse para salir del compendio hacia la base militar Tulson.

--¿Y de ahí a donde?—preguntó el vicepresidente Barron. --¿A dónde podríamos ir?

--Eso, se lo dejo encargado a usted...--dijo el presidente Cooper. El hombre se levantó de su silla y se acercó hacia el vicepresidente Barron.

--¿Qué está haciendo?—preguntó el vicepresidente.

--Para poder escapar hay que quitar los seguros del complejo.—Dijo el presidente.—Alguien debe quedarse y darle el tiempo suficiente para que todos puedan escapar. Yo tengo que hacerlo.

--¡Señor presidente usted no puede! —exclamó Katy.

--Yo soy el único que puede distraerlos el tiempo suficiente en lo que los demás escapan.—Respondió el Presidente.

Hubo discusiones, hubo negociaciones, pero al final ya habían tomado una decisión. Todos los demás en el interior del bunker tomaron armas, era la primera vez que Xiang tenía una metralleta en las manos desde que salió de China. No esperaba tener que abrirse paso a balazos. Pero no había de otra. El presidente entonces abrió los seguros y salió hacia la superficie. Mientras tanto los demás cruzaron por uno de los tuneles hacia la base militar. Frente a ellos una brisa, era el fin del túnel. Cuando salieron estaban por debajo de uno de los hangares de la base militar Tuslon, cuando entonces escucharon disparos.

Xiang asustado quitó el seguro. Vieron a los soldados correr hacia los invasores Reyes. Uno de ellos un hombre alto bronceado con una cruz tatuada en la frente y la nariz asesinaba con extrema crueldad a los demás. Cuando uno de los oficiales vio quienes eran los recien llegados los subió a un helicóptero. Los sacarían de ahí. Cuando el hangar también fue plagado de hombres reyes. Xiang disparó, una y otra vez contra sus enemigos, se sentía muy diferente de las pancartas de entrenamiento en Beijín. El helicóptero comenzó a despegar y luego se perdieron en medio del cielo, viendo como el resto de los hombres se masacraban en el suelo. Xiang miró hacia el mar, deseando tal vez que apareciese algún submarino en la superficie.

Días de Anarquía: Año 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora