Capitulo 26

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Es sábado por la mañana y en lugar de estar tirada en la cama hasta altas horas de la tarde, estoy en el club del colegio de mi hija, junto con mi mama y Anny, de ninguna manera iba a ser la única en venir hasta acá.

—No puedo creer que me hayas hecho levantarme a estas horas— dice Anny bostezando con cara de dormida a mas no poder.

—Lo se, pero no te podías perder el primer juego de tu sobrina favorita— le sonrío y luego le guiño un ojo en son de broma.

 —Es mi única sobrina, por sino estabas enterada— dice ella aun refunfuñando. Yo sonrío al verla hacer sus caras y abrazo a mi madre que esta feliz de echarle porras a su nieta.

Los minutos pasan y la gente va y viene, Sophia esta en el vestuario y nosotras en las gradas esperando a que comience el torneo. Desde que tenía 4 años comenzó a sentir interés por el tenis así que la inscribí en un club y ha ido mejorando a lo largo de estos años. Ahora en su escuela se desarrollan las olimpiadas por primera vez y Sophia representa a su salón en la competencia.

 —¡Ahí esta mi niña! — Grita mi madre muy emocionada —¡¡Hola Sophia!! Grita mi madre, lo que ocasiona que la gente que esta a nuestro alrededor voltea a verla un tanto confundida.

—Mama, no grites por favor. Ven siéntate— le señalo el lugar a mi lado y ella hace pucheros.

—Como me dices que me calle si estoy apoyando a mi nieta, además si ellos no quieren apoyar a los suyos muy su problema, yo voy a apoyar y a gritar todo lo que quiera— y así sigue hasta que anfitrión da la bienvenida a los asistentes.

Después de la ceremonia de inicio por fin dan comienzo los juegos y las primeras competencias son de gimnasia y carrera con relevos. Así van avanzando uno a uno hasta que por fin llega el turno del equipo de Sophia.

Se ve tan linda con su traje deportivo blanco y mi madre no para de tomarle fotos con la cámara.

—Mama, te vas a terminar la pila de la cámara— le digo jugando y ella solo voltea por un minuto y me responde.

—Estoy segura de que puedes comprar otra— y regresa a tomar fotos de nuevo.

Cuando el juego inicia, todos los presentes guardamos silencio, solo se logra escuchar el sonido que hace la raqueta al chocar contra la pelota de tenis. Puedo ver el gran esfuerzo de ambos participantes al levantar la raqueta e intentar que la pelota caiga al suelo.

Me siento orgullosa y muy feliz de ver a mi nena, esto es lo que le gusta hacer, practicar este bello deporte, me encanta ver como se esmera cada día por jugar mejor que ayer o ser mas rápida o crear algún movimiento con el cual pueda ganar.

Después de varios encuentros y de ir avanzando, al fin estamos en la gran final; estamos a unos cuantos minutos de que el encuentro termine y mi querida hija va ganando. El contrincante no se ve muy feliz y creo que ha insultado al juez varias veces.

Veo como la pelota es golpeada una y otra vez por las raquetas, mi corazón esta latiendo a una velocidad impresionante por los nervios y la emoción que siento en este momento. Después de unos minutos suena el silbato y Anny, mama y yo no ponemos de pie y gritamos de felicidad, mi pequeña había ganado la medalla de oro, en las primeras olimpiadas de su escuela.

Solo es cuestión de segundos para que este abrazándola y besándola, diciéndole lo orgullosa que estoy de ella y lo feliz que estoy viéndola feliz.

—Ven para acá mi niña hermosa, estoy muy orgullosa de ti— dice mi madre al borde de las lágrimas.

—Abuelita, no llores por favor— dice mi hija acariciando la cara de su abuela.

—Bien hecho Sophy, estoy orgullosa de ti y este triunfo merece una celebración— dice Anny muy efusiva.

—¡Si! — grita Sophy muy feliz —Podemos ir a comer, pero primero es la ceremonia de los ganadores—

Una maestra se acerca para llevarse a Sophia y nos indica que pasemos a las gradas ya que seguirá la ceremonia de premiación y la clausura del evento.

Es tan hermoso ver que tu hija a cumplido uno de sus sueños, me siento de maravilla al saber que recibió todo el apoyo de su familia y estoy tan orgullosa de ella que… tengo muchas ganas de llorar.

Una hora después ya estamos sentadas en un bello restaurant celebrando a Sophy y su logro. Hace mucho que no me sentía asi, relajada, feliz y con mis seres queridos.

—Mami ¿Puedo ir a jugar? — pregunta Sophy.

—Si, puedes ir pero no tardes demasiado que pronto vendrá nuestra comida— ella siente y se aleja rumbo a los juegos que están a unos metros de nosotros.

—Si me disculpan voy al baño— nos dice mi madre antes de alejarse.

—Bueno, mi querida amiga, quiero que me digas que onda entre tú y Cristóbal ¿Se arreglaron? —

—No puedo hablar ahora, no es el sitio apropiado— le digo mientras vigilo a Sophy y por si mi madre vuelve.

—Hazme un resumen, vamos no seas cruel, no puedes dejarme con la curiosidad, ándale no te hagas del rogar— dice ella haciéndome pucheros.

—Ok, si hablamos. Dejamos claro el pasado y en cuanto a nosotros, creo que somos novios— Anny chilla de emoción, toma su celular y la detengo —no quiero que nadie lo sepa Anny—

—Espera ¿Qué? Toda la empresa tiene que saberlo Clars, en especial tus compañeras del trabajo, deben de saber que ya no esta libre— dice ella indignada.

—Lo se, pero es muy pronto y se que lo tomaran mal, es decir, es el nuevo dueño de la empresa en la que trabajamos y ya anda de novio con una de sus empleadas… no, no se lo digas a nadie, deja que pase un poco de tiempo ¿De acuerdo? —

—Entiendo tu punto, en serio, pero dime algo, crees que Cristóbal estará de acuerdo con tu decisión— lo peor de esa frase es que era afirmación no pregunta.

—Se que no le gustara, pero si quiere que esto funcione se que lo entenderá, además le beneficia mas a el que a mi—

Nuestra comida es muy amena y divertida, entre los chistes de Anny y las ocurrencias de mi madre no paramos de reír y estos momentos con ellas no los cambiaria por nada.

AmorEs De aquí a allá, un paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora