AmorEs De aquí a allá, un paso.

Capitulo 14

Siento que ha pasado una eternidad estando aquí los dos metidos en mi oficina, besándonos como adolescentes, jamás creí que lo volvería a ver y mucho menos a besar, pero aquí estoy disfrutando de su experiencia besando.

Cuando rompe el beso, siento como se le dificulta alejarse de mí y lo veo saborear sus labios oh Dios bendito ¿Por qué? —Has la prueba para ser mi asistente— dice con voz ronca, ese tono que me indica que tiene deseo.

—¿Por qué? — a duras penas logro articular esa palabra, estoy embelesada por sus labios y su cabello alborotado, ups creo que mis manos se dejaron llevar jugando con su cabellera negra.

—Has la prueba— es una orden no una sugerencia —si la haces te devolveré el arete que perdiste— hum será cabrón ¿Me esta chantajeando?

—¿Qué, me estas chantajeando? Eso no se vale— pero que se cree, acaso piensa que por que me dio un beso, un delicioso, exquisito, sensual beso tiene derecho de decirme eso.

—Tu también me chantajeas, y de una manera bastante cruel— pero de que habla, si yo no le he dicho nada de nada y al ver mi cara de confusión me confirma — tu que te vistes de esa manera para provocarme, con esa falda negra que se pega a tus deliciosas curvas, esa blusa blanca que me ínsita a quitártela y esos endemoniados zapatos de tacón negros que hacen de tus piernas mas exquisitas, por Dios crees que no me doy cuenta—

Me aparto de el y bajo la mirada a mi vestuario de hoy, pero no le veo lo incitador por ninguna parte, además de todas mis compañeras soy la que mas tapada viene al trabajo ¿Se habrá vuelto loco? Me vuelvo para verlo y lo encuentro recargado al escritorio observándome.

—Se que tu vestimenta es muy formal, pero para mi es demasiado sexual, esa ropa— hace ademan a toda mi ropa —tiene algo, no se tal vez el corte o lo perfectamente que se ciñe a tu figura, no se que es, pero hay algo y no me mires así—

—¿Así, como? — contesto de manera burlona.

—Con esa sonrisa— se aleja de la mesa y se dirige a la puerta, no sin antes darse la vuelta y decirme —Harás la prueba, te avisare a que horas iras a mi despacho— y con esa orden sale del lugar de los hechos.