Capitulo 13

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Estamos sentadas en una mesa en la cafetería, un lugar público con mucha gente, por desgracia eso me impide matar a mi mejor amiga ya que habría muchos testigos.

—Quieres dejar de verme así, te hice un favor no entiendo porque te enojas— Anny Garza es la única mujer en el universo que logra sacar mis peores pensamientos asesinos.

—¿Cómo se te ocurrió decirle a Cristóbal que quería aplicar para la prueba? ¿Te has vuelto loca? En que estabas pensando Anny—

—Escúchame, eres perfecta para la vacante, eres lista, organizada, conoces a todos las personas importantes que se mueven en el mundo de las bienes raíces. Dime algo ¿Acaso crees que Cristóbal no se pondría feliz de tenerte cerca todo el día? — Ella esta muy segura de sus palabras —Ahora vengo— se levanta y se dirige a la barra para recoger su pedido.

Desde que tuve la platica de la vacante con Cristóbal no he dejado de pensar en ella, pero estoy tan indecisa que no creo que sea para mi, se que nada pierdo con intentarlo pero me da un poco de miedo.

Anny regresa con su pedido, un sándwich de pavo con jugo de horchata y una gran galleta de avena; yo por el contrario he traído unas riquísimas entomatadas las cuales están como para chuparse los dedos. Desde hace días que traía antojo de ellas.

 —¿Qué te pareció la junta? Por cierto Max se veía tan sexy ¿Verdad que si?—

—Mmmm pues los cambios que mencionaron son muy buenos, afortunadamente pertenecemos a una excelente empresa de gran prestigio y muy buena posición dentro del mercado. En cuanto a lo otro, no preste atención a como se veía Max hoy— y le saco la lengua para hacerla enojar un poco.

—Pues claro si estabas tirando baba por Cristóbal— y ahora ella me saca la lengua.

La verdad es que se veía increíblemente sexy presidiendo la junta, esos trajes a medida le quedan como anillo al dedo. Él siempre fue así, se le daba bien el dar presentaciones ante la gente.

—Estas sonriendo ¿Acaso estas pensando en él? — La miro con asombro y ella misma se responde —claro que estas pensando en él, en quien mas sino—

Aun con la sonrisa en los labios asiento y no puedo evitar pensar en el y sonreír.

De regreso en la oficina estoy revisando unas nuevas casas que ingresaron al sistema cuando tocan a la puerta —adelante— digo sin levantar la vista de los papeles que tengo en mis manos, doy por echo que es Anny y cual es mi sorpresa al levantar la vista que es Max.

—¿Sorprendida? — dice con su sonrisa de galán, apuesto a que le ha de ayudar mucho con sus ligues.

—Em… si un poco, creí que era Anny— señalo el asiento frente a mí —siéntate por favor ¿En que puedo ayudarte? —

—Veras— dice después de tomar asiento — Anny no esta, me comento que iría a ver unas casas, así que quisiera platicar contigo sino estas muy ocupada— me dice señalando los papeles que tengo en el escritorio.

—Adelante, dime de ¿Qué quieres hablar? —

—Veras Cristóbal esta un poco…—

—¡Aquí estas! — grita Cristóbal al entrar y hace que de un brinco del susto —Lo siento Clar, no quise asustarte y a ti te he estado buscando— nos mira a los dos y pregunta —¿Qué haces aquí? —

—Mio amico, estoy hablando con la señorita— Cristóbal analiza a Max y después me mira a mi, pareciera que quiere encontrar algo.

—Te esperan en RH, ve por favor— Max lo mira con una sonrisa enorme, se levanta y se dirige a la puerta aun sonriendo.

—Buona fortuna amico— y se despide.

Acto seguido tengo a Cristóbal apoyado en el escritorio frente a mi con una mirada que me cuestiona sin hablar —¿Qué fue lo que te dijo? — me pregunta con una voz bastante grave, creo que esta molesto pero no le veo del porque.

—Nada, solo me comento que quería platicar conmigo y después entraste tú—

—No me estas mintiendo ¿Verdad? — pero este que se cree.

—Por supuesto que no ¿Por qué habría de hacerlo? — lo observo respirar y relajarse solo un poco —Además ¿Qué es eso que quería decirme, tu sabes?—

—Nada— contesta fríamente y se aleja solo unos centímetros. Como no quiero discutir me levanto y me dirijo archivero a guardar unos expedientes, a pesar de que estoy de espaldas a él, siento su mirada recorrerme de pies a cabeza. Doy media vuelta para quedar mirándolo de frente, el da un paso hacia mi y yo en afán de querer sentarme rápidamente en mi silla tropiezo con la alfombra y choco contra su enorme y firme pecho.

—¿Te encuentras bien? — pregunta cerca de mi oído y siento como su cálido aliento acaricia esa parte sensible de mi. Tengo mi nariz pegada a su pecho y parte de su cuello puedo oler su esencia de hombre, pero no a un perfume caro sino a la que el mismo expide de su cuerpo —contéstame, ¿Estas bien? —

Solo logro asentir ya que estoy inhalando la mayor cantidad de su olor para embriagarme de el. A pesar de que ya medio respondí su pregunta no hace ademan de separarme de el, todo lo contrario creo que me acerco aun mas a su bien esculpido cuerpo.

Siento como una de sus manos sube por mi espalda, hasta llegar a mi barbilla y subirla para que nuestras miradas se conecten; y ahí están esos ojos verdes, llenos de vida y que en este instante brillan cual estrellas en el cielo. Observo como pasa por sus labios esa lengua juguetona, deja la boca un poco abierta para poder disfrutar de la vista de esos suculentos labios que me invitan a besarlos.

Su otra mano esta anclada firmemente en mi cintura y yo descanso las mías sobre su pecho. Oh Dios quiero que este hombre me bese, quiero sentir esos labios de nuevo sobre los míos, él me observa con atención y por la sonrisa que se acaba de asomar creo que ya sabe lo que quiero de él.

Sin saber muy bien que hacer, me besa. ¡Oh Dios mío! Cristóbal Dankworth me esta besando de una manera posesiva, como reclamando que mis labios son suyos. Siento que gira aun conmigo pegada a su boca y hace que me siente sobre la mesa. Sus manos me acarician la espalda y otras partes de mi anatomía, pero yo estoy concentrada en esos labios deliciosos.

Con un movimiento rápido, hace que gire la cabeza para hacer mas profundo el beso y vaya si que es profundo. Cuando siento que sus manos suben por dentro de mi blusa suena su celular y a regañadientes nos tenemos que separar.

Saca el aparato de su bolsillo y contesta —Cristóbal Dankworth aquí— veo la frustración en su rostro, bueno al menos no soy la única — ya veo, no te preocupes que mañana te deposito sin falta— escucha de nuevo a su interlocutor — lo se, no te preocupes mañana sin falta— y cuelga.

Esta parado frente a mi y lo veo pasarse el pulgar por su labio inferior que esta un poco hinchado por el beso que nos dimos y siento como ese simple movimiento despierta mi deseo dormido, mi deseo por el. Se acerca, me toma de la cabeza y me vuelve a besar, pero esta vez es un beso mas intenso, más sexual. Pega parte de su cuerpo al mío y percibo que el también siente deseo por mi.

Dios santo, hacia tanto tiempo que no besaba así… no más bien que él no me besaba así; con Cristóbal aprendí a besar, bueno yo sabia hacerlo pero más bien aprendí como besarlo a él y después del tiempo separado siento que jamás lo he olvidado.

AmorEs De aquí a allá, un paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora