Capitulo 4

9.5K 851 17
                                    

—¿Qué? No puedes renunciar, hemos trabajado mucho juntas como para renunciar, porque si tu te vas yo me voy contigo, pero esta compañía es la que mejor nos paga, si nos vamos… será mas difícil para nosotras— Anny tenia razón esta empresa era la que mejor pagaba y no creo que Cristóbal cambiara eso.

El problema no era la empresa, o los compañeros sino el, Cristóbal Dankworth, el único hombre al que no quería volver a ver jamás en mi vida.

—Tú sabes que necesitamos este trabajo, no podemos irnos así como así, además alguien depende de ti, lo sabes— mi sabia amiga tenia razón, pero que debo hacer ¿Quedarme o irme? Eh ahí el dilema.

—¿Y tu arete?— levante mi mano derecha para tocarme el lóbulo y ahí no había ningún arete, toque el izquierdo y solo tenia ese.

—Debió de caérseme, ¡Rayos! Podría estar en cualquier parte— Anny se levanto del escritorio y comenzó a buscar y yo la imite; y después de una búsqueda en mi oficina, no encontramos el arete.

—Iré a la cafetería y al baño, para ver si esta ahí— dijo Anny cerca de la puerta.

—Esta bien, revisare la sala de juntas y los pasillos— las dos salimos con direcciones diferentes.

Entre en la sala de juntas y respire aliviada al ver que esta completamente sola, me puse de rodillas para ver si estaba tirado en la alfombra azul, moví sillas, revise cada centímetro del lugar y no lo encontré; escuche como la puerta se abría y cerraba, creí que era Anny así que me levante diciéndole – ¿Lo encontraste?— pero cual fue mi sorpresa al ver que no era Anny sino Cristóbal. ¡Demonios¡

—Buenas tardes— respondió con esa voz que me puso la piel de gallina y yo estaba en shock, no respondí de inmediato, me quede ahí parada como tonta viéndolo sin decir nada.

Así que después de unos minutos me eche ánimos “despierta, no dejes que te intimide, finge que no lo conoces” y eso hice — Buenas tardes— respondí lo mas neutral que pude, él me miro con esos ojos, esos benditos ojos que leen mi alma.

—¿Se le perdió algo? ¿Puedo ayudarla?— ¡Dios santo!, quería escapar pero el estaba entre la puerta y yo y la única manera de huir seria empujándolo lejos de la puerta, pero como es bastante alto dudo que lo lograra.

—No… emm….— y no supe que mas decir, como es posible que este hombre al que ya tenia años sin ver y sin tener contacto me ponga tan nerviosa y haga que mi lengua se trabe, a pesar de la enorme mesa que nos separa, es como si lo tuviera pegado a mi.

Lo observe un momento y note como sonreía, este idiota se estaba riendo de mí, lo más probable es que se diera cuenta que estoy sumamente nerviosa y todo por su culpa. Él metió sus manos a los bolsillos de su pantalón sin dejar de sonreír y mirarme.

—¿Hasta cuando vas a fingir que no me conoces Clar?— ¡Oh Dios Mío! Sabe que soy yo, ¿Cómo demonios me reconoció? Ok ahora que hago, él esta ahí paradote sonriéndome y yo acá hecha un manojo de nervios, ¡¿Qué hago?!

AmorEs De aquí a allá, un paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora