Capitulo 12

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¿Acaso un hombre se puede ver tan apetecible un lunes por la mañana? Cristóbal esta parado sosteniendo la puerta y puedo ver perfectamente su traje de tres piezas en color negro, jamás en la vida había envidiado antes a la tela, si ese pedazo de tela que tiene la fortuna de abrazarlo y tocarlo todo el día.

A pesar de que intento por todos los medios que mis ojos no recorran su cuerpo, fracaso irremediablemente yal encontrarme con sus ojos, noto como una picara sonrisa aparece en su bello rostro, “demonios se dio cuenta”.

—Buenos días— nos dice primero a Anny y después a mí — ¿Estarán ocupadas? Habrá una pequeña junta y me gustaría que asistieran— y no deja de sonreír, ya notó que estoy que me lo como con los ojos.

—Claro será un placer— dice Anny devolviéndole la sonrisa —bueno, me voy tengo que confirmar varias citas para el día de hoy, así que ahorita nos vemos— me dice y la muy campante se va dejándome sola con el y antes de salir por la puerta se voltea y levanta sus pulgares en señal de victoria “La voy a matar”.

Mis ganas de asesinar se esfuman en cuanto lo tengo frente a mí, con esa maldita y sexy sonrisa. — ¿Puedo sentarme? — dice muy propio, mi capacidad de hablar se a esfumado y solo asiento y señalo la silla delante de mi escritorio, hay Dios, lo veo desabrocharse el saco y sentarse tan elegante, ¡Dios santo! Nunca había visto que el solo hecho de sentarse me llegara a parecer algo tan… tan… sensual y de nuevo nuestra mirada se encuentra y ahí esta, esa sonrisa que hacia mucho no veía.

Aun atontada tomo asiento y nos quedamos así, en total silencio. Solo se escucha el barullo afuera y el sonido del reloj de pared. Nos miramos como analizándonos pero el hombre no a dicho ni pio.

—¿Sucede algo? — me aventuro a preguntar.

—Anny me comento que estas interesada en hacer la prueba para escoger a mi asistente— dice el muy ladino, con esa hermosa sonrisa que no puedo dejar de ver… espera ¿Qué?

—¿Qué fue lo que dijiste? — la voy a matar.

—Anny, me dijo que quieres hacer la prueba— la voy a matar lentamente, no puedo creer que se lo allá dicho.

—Creo que hay un error, fue idea de ella decirte eso, la verdad… es que…— no se como seguir, no puedo creer que me allá metido en este dilema.

—Ya veo— dice y su sonrisa desaparece.

—Veras yo no se nada de ser asistente y no quisiera ser un inconveniente para ti— él me observa mientras me justifico —Yo soy vendedora, me gusta lo que hago y me sentiría extraña aplicando a otro campo—

—Bueno se que no tienes experiencia, pero esa se va adquiriendo además de las múltiples ventajas que tiene este vacante—

—¿Qué ventajas? — demonios ya atrajo mi atención.

—A mi anterior asistente le dejaba salir a las 3 o 4 de la tarde, las vacaciones son más largas y la paga es mucho más, sin olvidar que se descansan los fines de semana. Es más accesible que otros empleos ¿No crees? —

Es cierto, realmente es muy accesible, si pudiera salir a esa hora y descansar los fines de semana, tendría mucho mas tiempo con Sophia y con mi mama. Es tentador pero, eso significaría estar mucho tiempo con él.

—No le des tantas vueltas, hasta acá oigo tus pensamientos— su voz me saca de mi concentración, la verdad es muy tentador pero… el movimiento que hace al levantarse hace que fije la mirada en el, lo veo abrocharse el saco y sonreír.

—Piénsalo y nos vemos en la junta— se da la vuelta y sale de mi oficina.

AmorEs De aquí a allá, un paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora