Capitulo 17

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Después de una tarde intensa, una noche aun mas intensa, me encuentro aquí, acostado en mi cama completamente solo, contemplando el techo, cosa que jamás he hecho.

Volteo a ver el pequeño reloj despertador y sus números en rojo me dicen que ya es tiempo de levantarme para ir a trabajar; en toda la noche no puede dejar de pensar en lo ocurrido en mi oficina, aun no me creo que haya hecho el amor con Clarisa, han pasado solo horas pero aun la siento en mi piel, aun siento que estoy con ella, solo espero que no me arme un pancho cuando se entere.

Estoy sentado en la sala de juntas con Max y otros ejecutivos para planear las nuevas inversiones que haremos, estoy que me muero de los nervios, solo de imaginar lo fiera que se pondrá Clarisa cuando sepa que…

—Bueno hemos pensado que seria una buena oportunidad para enfocarnos en la zona Noreste y Norponiente de la ciudad, ya que se esta expandiendo con mucha rapidez y las personas están buscando bienes raíces en ese espacio ¿Qué le parece Cristóbal? — La voz de Alberto, uno de los ejecutivos de mi empresa hace que me enfoque nuevamente en la junta, ya arreglare después con mi problema.

                                                           …

Después de lidiar con esas personas regreso a la comodidad de mi oficina y justo cuando termino de sentarme la puerta se abre y cierra de golpe y por lo que puedo observar Clarisa Dicarpio no se encuentra nada feliz.

—Eres un… un ¡PATAN! ¿Por qué no me dijiste que ya habías seleccionado a tu asistente mucho antes de que yo entrara en esta oficina? ¿Eh? — huy por lo que veo esta mas que enojada.

—Toma asiento por favor y deja que te explique…—

—No voy a tomar nada ¡Idiota! ¿Cómo pudiste? Eres un cretino, mentiroso, ¡Eres un estúpido! — si que esta enojada.

—Déjame explicarte por favor, toma asiento… —

—¡No! ¿Creíste que no me iba a enterar verdad? ¿En que pensabas eh? No déjame responder por ti ¡TU NO PIENSAS! — dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta, en mi afán de detenerla la jale del brazo y la voltee para evitar que llegara a su destino.

Forcejeó mientras me seguía insultando, asi que la encamine a la mesa y saque una cinta canela, tome un pedazo y se lo puse en la boca, me sente en mi silla y a ella la puse sobre mi regazo, sus manos las junte en su espalda. Sus ojos se volvieron enormes al ver lo que había hecho, pero se tranquilizo un poco, aunque su mirada era asesina.

—Es cierto, antes de que llegaras ya había escogido a mi asistente. Solo quería pasar un rato contigo, no se tal vez platicar un poco de lo que ha pasado en estos años, pero cuando te vi sentada en el sofá con esa falda y esa blusa, no me controle y te hice mía. No me mires así ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué lo siento? Pues no, no voy a decir algo que no siento en lo más mínimo— ella dejo de moverse y fijo su vista en un punto, procesando todo lo que le había dicho.

Después de unos eternos minutos de silencio, la solté y le quite la cinta de la boca y la lleve a los sillones que habíamos ocupado ayer. La coloque frente a mí para verla de frente y al menos saber que pasaba por esa cabecita.

—No hubiera sido más fácil decirme que querías que platicáramos— dijo al fin.

—Si pero sabia que me evitarías o te inventarías cualquier cosa para no verme, se que intentas evitarme— tomo sus manos entre las mías —no me arrepiento de nada de lo que paso ayer, aquí mismo— oh por Dios, se ha sonrojado.

—Me gusto sentir tu piel, tus besos, tus caricias… tus uñas y dientes enterrados en mi piel— mi comentario la hace reír y la tensión que sentía se ha disipado —Solo quería estar cerca de ti, nunca fue mi intención mentirte, solo sabia que si te decía la verdad ya no vendrías—

—Esta bien, pero no vuelvas a mentirme ¿Ok? Mira que tu asistente es amiga mía y me puede averiguar cosas de ti— me dice señalándome con su dedo.

—Wow me sorprende saber que mi guapa asistente te pueda ser de gran utilidad— a ver que me respondes a eso.

—No te hagas ilusiones con ella— dice muy seria.

—¿Estas celosa? — la veo levantarse y caminar a paso lento por la oficina, se da la vuelta y me contempla con esos ojos cafés, tan bellos, tan sinceros.

—No, no estoy celosa, pero te informo que tu asistente es lesbiana y a su pareja no le agradaría mucho que anduvieras de coqueto con ella— Clarisa sabia su secreto. Ayer que entreviste a Julia, me dijo que era lesbiana y para ser honesto esa fue una de las razón por la cual la escogí; saber que no sentiría ninguna atracción por mi me hizo sentir estable.

Con mis anteriores asistentes tuve el mismo problema, todas se enamoraban de mí, jamás me acosté o insinué algo a ellas, pero por alguna razón siempre era el mismo problema, yo les gustaba y hacían hasta lo imposible por llamar mi  atención. Ahora seria diferente para empezar el CV de Julia era excelente ya que habla 5 idiomas, tiene conocimiento de la bolsa además de conocer el medio de las bienes raíces y me mejor de todo es que me dio mucha confianza.

—Entonces ¿No estas celosa? — pregunto acercándome hasta que quedo frente a ella. La tomo de la barbilla y hago que me mire, la observo con detenimiento, se que no me va contestar, así que la beso y ella me corresponde, abriendo su boca para que yo pueda disfrutarla y saborearla otra vez.

AmorEs De aquí a allá, un paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora