10. En la boca del lobo

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Pocos minutos antes del mediodía Atsushi se quedó plantado en la acera de delante de la entrada principal de la comisaría, tras haber estado durante diez minutos recorriendo la calle de lado a lado sin conseguir reunir el valor de entrar.

El plan estaba bien elaborado, según habían afirmado Dazai y Ranpo, pero nunca hasta la fecha Atsushi había actuado solo y el miedo escénico le consumía.

Apretó contra su pecho el sobre que debía entregar.

Una hora antes, Dazai tras acabar su retrato de Chuuya, había metido su dibujo en ese sobre. Este era rosa.

—El rosa es el color del amor, espero que pronto mude a rojo, que es el color de la pasión—había añadido con una sonrisa llena de confianza.

En destinatario, con una caligrafía de filigrana había escrito: a " el bello detective Chuuya Nakahara" y había dibujado un corazón atravesado con una flecha con dos iniciales: O y C.

Atsushi a punto estuvo de protestar de la osadía y el riesgo que era poner esa "o" pero Dazai le guiñó un ojo.

— Podré así imaginarme a Chuuya repitiendo , "o, o, o" mientras intenta adivinar el nombre de su acosador y eso será tan parecido a que gima mi nombre.

—Dazai, estás totalmente salido —terminó por decirle cáustico Atsushi.

Dazai solo asentió con los ojos cerrados sin duda creando en su mente imágenes que mejor no las compartiese.

—Chuuya es un afrodisíaco para mí. Solo saber que sus hábiles dedos van a sostener este sobre dentro de nada.

Atsushi cayó en la trampa.

—¿ Cómo sabes que son hábiles ?

Dazai abrió los ojos y su mirada enamorada conmovió a Atsushi quien no dejada de sorprenderse de ver a Dazai comportarse como un quinceañero.

— Si hubieras visto con tanta atención como yo cómo maneja Chuuya las esposas lo comprenderías.

Atsushi prefirió no comprenderlo.

Buscó apoyo en Ranpo para que distrajese de tantas bobadas pero este había apoyado la espalda en una columna de madera y parecía dormitar al sol.

—Atsushi— pidió su atención de nuevo Dazai, — sigue estas instrucciones precisas.

Atsushi suspirando con resignación asintió:

— Mézclate entre el resto de ciudadanos que esperan ser atendidos haciéndote pasar por un acompañante. Seguro que habrá alguna anciana que haya ido a denunciar a maltratadores de gatos callejeros. Una amante de los gatos es lo mejor para ti. Debes comportarte como siempre lo haces, lo que es lo mismo, un niño bueno,  y prestarte a ayudar a la anciana. El cómo te lo dejo a tu buen criterio. Tras unos minutos excúsate para ir al baño. A esas alturas nadie dudará  que eres nieto de la anciana, pero en lugar de ir al servicio te dirigirás al despacho del hermoso Chuuya. Toca su puerta, preséntate como un recadero de una empresa de correo de bajo coste y con celeridad le entregas el sobre. Luego solo tendrás que salir de la comisaría, eso sí, despidiéndose amablemente de la anciana.

El plan parecía sencillo pero había un montón de cabos sin atar.

¿Y si Chuuya no estaba en el despacho?

¿Y si no había ninguna anciana amante de los animales?

¿Y si tenían más información de quienes eran ellos y lo detenían nada más pisar la comisaría?

Cierto era que el informador de Ranpo le aseguraba que no había nada, ningún indicio que condujese ni remotamente a ellos tres, aunque nunca se puede estar certero al ciento por ciento.

Ahora me ves, ahora no me ves. BSD. Soukoku , Shinsoukoku. OC.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora