9. Nada iguala tu belleza

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—Nada iguala tu belleza.

—Gracias. Me agrada más que alaben mi inteligencia pero yo sé que mis facciones son muy atractivas.

Aclarado esto Ranpo dio cuenta del último pedacito de croissant y se relamió la nata que había quedado en sus labios.

—¡Me refería a Chuuya! —le siguió la broma Dazai dejando la taza de té verde que el anfitrión había tenido en bien prepararle en el suelo de madera.

—Da lo mismo, tú sabes que yo soy muy guapo también pero llegas tarde. Yo ya estoy ocupado.

Dazai se rió muy a gusto mientras retomaba de nuevo su tarea con el bloc.

Estaban sentados en la pequeña terraza que daba al jardín con los pies colgando hacia el césped.

—Ay, Ranpo, lo tuve a dos metros de mí y no fui capaz de hablarle —suspiró Dazai sin tristeza pues el haberle visto en persona había alimentado tanto su amor por el detective que ya no iba a ser capaz de seguir con los golpes planeados hasta que aquel corazoncito le perteneciese.

—Seguro que te quedaste con cara de panoli mirándole cayéndote la baba.

Dazai se rió con cierto apuro reconociéndolo.

—Fue una mala forma de empezar porque no le gustó nada que le invadiese de esa forma su espacio.

—Si estabas a dos metros más bien diría yo que le agriaste el café con leche que aun no había ni pedido. Ya has visto todas las barbaridades que llevan circulando por las redes desde anoche. Tantas fangirls suspirando por tu amorcito.

Dazai levantó la mirada del bloc e intercambió una mirada de inteligencia con su amigo.

—¿Confirmamos que Chuuya es gay?

—Confirmamos —Ranpo le miró muy serio con sus hermosos ojos verdes.

Otra risita se escapó de los labios de Dazai mientras buscaba dentro de su bandolera el estuche con los lápices de colores.

—A pesar de que le puse muy nervioso, me inspeccionó de arriba a abajo y capté en su mirada que me dio el aprobado. Me animé a hablarle pero entonces, ya sabes.

—No era el lugar ni el momento adecuado —sentenció Ranpo mientras abría un paquete de galletitas de chocolate.

Dazai hizo mención de pedirle una pero Ranpo hizo como que no se daba cuenta y la llegada de tercero de la banda le libró de negarse.

—¡¡¡Atsushi!!! —le saludó Ranpo con la boca llena moviendo realizando grandes aspavientos con las manos.

Atsushi estaba parado en puerta de hierro que daba acceso al jardín desde la calle. Se había desplazado lo más rápido que pudo, tras abandonar un clase pues había recibido un mensaje en el móvil por parte de Dazai convocándole a una reunión de manera urgente en casa de Ranpo.

—¡¡¡Anda pasa!!! —le animó Ranpo al notar que dudaba.

—He visto que el señor Fukuzawa está en la casa —expresó su malestar Atsushi porque aunque no era la primera vez que iba a la casa tradicional japonesa donde Ranpo vivía con su padre adoptivo, nunca hasta la fecha había coincidido con él.

—Está ocupado con unas ponencias en su despacho, no nos va a molestar.

Atsushi pensaba que más bien al contrario pero si Ranpo estaba tan seguro que su presencia no era inconveniente, no tendría porqué suceder nada malo. Así que entró con su mochila al hombro y se acomodó al lado de Dazai en la terraza.

Ahora me ves, ahora no me ves. BSD. Soukoku , Shinsoukoku. OC.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora