38 ¿ la libertad es esto ?

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Tras aterrizar en el callejón trastero de la comisaría el pensamiento de „¿Qué es lo que estoy haciendo?" invadió su mente, siendo consciente de que la decisión tomada de huir con su ladrón no era desde luego la correcta. Sin embargo, el escuchar la risa de Dazai, mientras gritaba a Akutagawa „Ahora me ves, ahora no me ves", logró que ese desazón desapareciese y acogió a su compañero de escapada con una sonrisa sincera de alegría, agarrando sin dudar la mano que este le tendió.

Corrió detrás de Dazai, sin soltarse, con carcajadas nerviosas porque dentro de él algo intentaba acallar las voces que le gritaban que se diese la vuelta y volviese a comisaría.

Las ignoró.

—¿Dónde vamos? —pudo preguntarle cuando se detuvieron en el cruce con la avenida principal.

Dazai miraba las azoteas de los edificios que le rodeaban. ¿No querría que fuesen saltando por los tejados? No es solo que fuese peligroso, es que tampoco iban a llegar muy lejos sino había alguien que les recogiese o un lugar en la cercanía donde pudiesen esconderse hasta que... Sí, exacto, ¿Hasta cuando?

El comisario Mori le había dejado escapar con Dazai, pero eso era un trato bajo mano para parar la cadena de robos simultáneos en la ciudad. Chuuya sabía que muy pronto mandaría a los agentes a que les persiguiesen para, de cara a la galería, seguir estando el comisario al lado de la ley y el orden.

Antes de que Chuuya expusiese sus objeciones, Dazai le preguntó con una sonrisa radiante de oreja a oreja.

—¿Sabes conducir una moto?

Aquello le desconcertó, pero al seguir el nuevo punto de interés en la mirada de Dazai, comprendió: justo a unos doscientos metros a la derecha, ya en la avenida, se encontraba aparcada una moto Suzuki de la que uno no debía ser un especialista para vislumbrar que era ridículamente cara.

Dazai comprendió por la expresión de admiración de Chuuya que sabía lo suficiente de conducción para poder llevarles a los dos y entonando una cancioncilla se dirigió todo tranquilo hacia la moto.

—No es que yo no sepa conducirla, pero sinceramente, prefiero ir de paquete y tú te centres solo en la carretera.

Chuuya notaba que no era sincero, pero qué más daba si lo importante era que estaba hablando con total despreocupación de apropiarse de un bien ajeno.

La advertencia de ¡No la podemos robar! murió en sus labios antes de enunciarla ¿porque cómo pedirle a un ladrón que no robe? Aunque esto era muy, pero que muy distinto. No solo no iba a impedir a Dazai que cometiese otro delito, sino que él, Chuuya, un detective caído en desgracia de la comisaría de la comisaría más cercana, iba a ser su cómplice. ¿Iba ser aquello su comienzo en la carrera del crimen?

Con ninguna idea clara de como evitarlo, se acercó a Dazai quien había sacado unas pinzas de no se sabía dónde y estaba manipulando ya tras una cubierta central de la moto. Chuuya vio con desmayo que la cadena antirrobo ya había sido cortada. ¿Tan rápido era Dazai?

—Yo pensaba que tendrías un plan de huida de antemano —le dijo con sinceridad y también para distraerle y no sentirse con tanto cargo de consciencia Chuuya por dejarle actuar con impunidad.

Dazai se mordía ligeramente el labio inferior mientras con concentración desenredaba unos cables que había extraído del vehículo.

—Sinceramente, Chuuya, tenía mil planes, cada uno distinto a cada escenario que había planteado podía pasar en esa comisaría. Digamos que improviso dentro de lo que ya tenía pensado antes.

Aquello dejó en shock a Chuuya. ¿Mil planes? ¿Por eso quizá todos sus golpes eran exitosos?

Dazai notó que había impresionado a Chuuya y soltó una risita.

Ahora me ves, ahora no me ves. BSD. Soukoku , Shinsoukoku. OC.Where stories live. Discover now