MI MUÑEQUITA, MI MARIONETA

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- Oh, mi dulce niña, no luches. –Dijo aquella voz con suavidad. - Lo siento, tuve que usar esa cuerda áspera en tu hermosa piel, pero me encargaré de remediarlo. Lo prometo. – Aquel hombre misterioso susurró en su oído izquierdo, mientras que con la lengua trazaba el contorno de ella.

- ¿Qu-quién-quién eres? ¿Por qué estoy aquí? - pregunto con temor y nerviosismo.

Aunque con el poco valor que tenía, continuó luchando contra sus ataduras a pesar del dolor. De entre las sombras, unos dedos que podía describir como huesudos agarraron su barbilla y tiraron de su cara hacia un lado, mientras miraba a unos ojos de tonos color miel que perforaban los suyos.

- Te estoy salvando mi amor.

- ¿De qué hablas? ¿Por qué haces esto? – pregunto con enojo y confusión.

- ¿Porque? Porque el arte es eterno y debe ser preservado. – Aquel hombre colocó un casto beso en sus labios, lamiéndolos antes de descender sobre su cuello. - Ahora vamos a sacarte estas ropas sucias, ¿vale?

Antes de que pudiera gritar en protesta, le cubrió la boca con un paño blanco, estirando la tela entre sus labios. Chasqueó en voz baja mientras sacaba una hoja de sus pantalones y cortaba su blusa por la mitad, lanzando el material inútil sobre su hombro. Ella no entendía que pasaba, lágrimas frescas brotaron de sus ojos y de sus mejillas, atando sus pestañas con humedad. Aquel frío y áspero toque, la hizo estremecer, bajo sus manos frías mientras las presionaba sobre su abdomen.

Su cara no mostraba ninguna emoción, era fría. Él arrulló, arrastrando sus uñas hacia sus caderas.

- Aún recuerdo la primera vez que nos vimos – dijo como si nada – en aquella misión... Hace dieciséis años... (TN)

Como si le hubieran vaciado un cubo de agua fría, ella se quedó completamente quieta y con los ojos abiertos por aquella sorpresa. Había sido bastante tiempo el que había pasado, en aquella misión donde su mejor amiga casi perdía la vida...

En aquella ocasión (TN) se encontraba en una misión en aquella aldea. Parecía haber sido como una eternidad, las cosas en la aldea de la Arena no parecían haber cambiado nada. Había habido reportes de que intentaban capturar al Quinto Kazekage, a Gaara, el Jinchuriki del Shukaku. Los reportes decían que Hiruko se encontraba en el pueblo junto a Deidara.

La infiltración había resultado exitosa, los antes mencionados, habían entrado fácilmente, derrotaron las defensas de la Arena, ya que el pueblo había sido traicionado por uno de los propios guardias que eran subordinados de Sasori.

(TN) había escuchado aquel nombre, pero al igual que el resto de ninjas, no sabía cómo era. El enfrentamiento se dio en poco tiempo. Deidara se encontraba enfrentando a Naruto y a Kakashi-sensei lejos de la base, utilizando el cuerpo muerto de Gaara como cebo para capturar al Jinchūriki del Kyūbi.

Mientras que (TN), Sakura y Chiyo, una anciana de la aldea, se quedaron para enfrentarse contra Hiroku, quien esperaba solo encontrarse con dos combatientes, pues no contaba con que había un miembro más reemplazando a Sasuke.

La batalla que se había desatado era bastante intensa, Chiyo había logrado controlar a Sakura y como si fuera una marioneta, le hacían frente a Hiruko, (TN) por otro lado; se encontraba escondida, observando todo y esperando la señal para salir y tomarlo por sorpresa.

La pelea parecía pareja, todo indicaba que (TN) no tendría que salir para nada, ya que Chiyo fue capaz de destruir a Hiruko. Todo estaba a su favor cuando, surgiendo de los restos del cuerpo que no era nada más ni nada menos que una marioneta, un rostro juvenil se revelaba, aquel joven de más de 35 años, pero que aparentaba ser un joven, no era nada ni nada menos que Sasori, quien había dejado la Aldea Oculta de la Arena hace veinte años atrás. Pero solo una de ellas sabía su identidad.

YANDERE BOY'SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora