El tiempo se hace eterno y las dos no decimos nada, esperamos acompañadas de las luz tenue a que alguna dijera algo.

Ella se para, la sigo con la mirada mientras va a la que solía ser la oficina de mi padre la que ahora hace de una pequeña biblioteca sin importancia. Vuelve con una caja y la deja al medio de la mesa.

Mi ojos recorren la caja envuelta en un papel de regalo un poco rota. Mi garganta se estremece y mis ojos se nublan. Mi boca tirita y ya se de lo que se trata.

Espero estar contigo cuando habrás esta caja. Feliz cumpleaños...

De: Papá.


Abro la caja y en esta yace un pequeño librito el cual saco dándome cuenta que es de un gran grosor.

Imágenes de mi padre en varias partes del mundo aparecen una tras otra cada una con mensajes deferentes.

Te encantará Rusia... Conocí a una abuelita que hace excelentes galletas.

Demasiado calor en Brazil. Pero la gente es pura sazón.

Comí muchas cosas raras en China.

El sushi es lo mejor en Japón.

Y más y más imágenes que solo me hacen pensar en lo que realmente está pasando, el sentimiento se intensifica al pasar por la última.

En Toronto hay un parque Disney... Cuando vuelva iremos juntos.

Te ama papá.

La caja al final contenía tres pasajes, cada una con nuestros nombres, como si en realidad fuéramos una familia.

Dejo todo en la mesa y noto que mi madre llora, en silencio. Una gota cae de mi mejilla al verla. Agacho la cabeza y solo espero hasta que el sentimiento de impotencia pase.

Sostengo entre mis brazos el álbum fuertemente.

- Perdón-. Oigo por lo bajo y alzo la mirada. Mi madre sigue llorando. Me es imposible creer que esas palabras salgan de su boca.- Perdoname-. Esta ves si es seguro que fue ella, no me mira pero se escucha desesperada.- Todo es mi culpa lo siento hija perdóname-.

Y ahí justo en ese momento rompo mis defensas, ante todo una madre no puede dejar de sentir como madre y una hija no puede dejar de ser hija. Me duele todo, todo lo que ha pasado, lo que ella a hecho, lo que ha sumado a que mi vida fuera verdaderamente un cúmulo de mierda, pero aún así sigo siendo ser humano, siento, ella lo hace también ¿ quién no?. Todos merecemos perdón. Debería hacerlo aunque yo...

- Mm-. Trato de sacar alguna palabra y esta por fin alza su mirada, pero no logro decir nada.

- Lo sé, lo entiendo-. se para dejando la copa todavía vacía. La veo caminar hasta las grandes escaleras que llevan hacia los dormitorios. Miro los tres pasajes.

« A la mierda todo.»

- Mamá-. Grito para alcanzar y envolverla en un abrazo que ella corresponde.

Es increíble pero es la primera ves que me siento tan a amada, estando solo yo y mi madre, me siento en familia, también lo siento a él serca.

Entre el abrazo profundo, las dos lloramos y nos funcionamos en un mismo sentir.

Hasta que el momento se disipa, con un tono de llamada, mi tono de llamada. Tomo mi teléfono en el bolsillo y contesto al número desconocido.

- Halo...

Solo se escucha fuerte música con gritos al fondo.

- Halo-. Vuelvo a insistir pero no escucho nada. Me doy por vencida y procedo a colgar la llamada.

- Joh-. Escucho algo. - Necesito que vengas ayudarme-. Era solo un favor, pero ¿ Porque parecía venir de una súplica?

- ¿Quien habla?-. Pregunto extrañada con la mirada de mi madre encima.

- Es... Soy Lucas.

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Si les gusto dejen su estrellita. Me ayudan mucho. Perdón por no actualizar e estado ocupada con los exámenes finales.

RuedaS •|Si quieres te puedo llevar|•Where stories live. Discover now