Capítulo 45. S | Dejarte ir

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Acá les dejo un corto resumen por si olvidaron el último capítulo jeje; Hero y Sam estaban a punto de hacer el delicioso (tener sexo), pero se enteraron que Alena había sufrido un accidente y corrieron hacia el hospital.

Sam

Minutos más tarde de que Hero se marchara junto a Marie a la cafetería del hospital, Gael sale de la habitación en donde se encuentra Alena con una sonrisa un poco menos forzada y nerviosa. Con una inclinación de la cabeza me indica que puedo entrar. Miro en dirección a Jeff, quien asiente cuando sabe que busco aprobación de él para ser la siguiente en ver a nuestra amiga.

Las manos me sudan y mi estomago comienza a revolverse cuando cruzo con pesadez el pasillo del hospital hacia la habitación. Cuando abro la puerta y asomo la cabeza, las lágrimas me amenazan con salir. Alena me observa desde la camilla con una venda en su cabeza, moretones en el rostro y un brazo roto.

—Estoy bien.— su voz delicada y cálida hacen que mi nerviosismo se esfume lentamente.

—Te ves fatal.— bromeo y ella aprieta los labios en una línea recta haciendo una mueca.

—No me hagas reír, me duele el estómago— se queja. —. Gael se la pasó abrazándome desde que entró a verme.

—Estaba muy preocupado. No dejaba de morderse las uñas ni paraba de temblar; te quiere mucho.

—Y yo a él.— sonríe con timidez cuando sus mejillas se tornan rosadas.

El cariño que ambos se tienen no deja de sorprenderme con el paso de los días. Son totalmente tal para cual.

—¿Qué hacías tan tarde en la calle?

Trato de reprimirla en forma en broma para aliviar el ambiente. Cosa que solo funciona con ella, pues esboza una sonrisa divertida mientras yo me siento mal de que le haya pasado un accidente.

—Iba al departamento de Gael— informa. —. Como Hero no está quedándose más con él, me invitó a pasar la noche.

Mi móvil suena y yo trato de ignorarlo para poder aprovechar el poco tiempo que tengo con Alena, sin embargo, ella me insiste en que responda.

Cuando desbloqueo la pantalla, no es una llamada perdida lo que se encuentra en el buzón; sino un mensaje de un número desconocido.

«Te lo advertí» leo.

La sangre baja por completo a mis pies y entonces siento que me podría desmayar en cualquier instante.

—¿Qué fue lo que te pasó?— pregunto de pronto.

Sé que debería de calmarme y pensar en que, por muy absurdo y grotesco que parezca, esto no pudo haber sido idea de Travis.

—Tan sólo recuerdo que estaba por cruzar el semáforo cuando otro auto chocó contra el mío— emite un sonido con la garganta cuando los recuerdos se hacen más claros. —. Quedó horrible, mis padres van a matarme.

Mi estómago se revuelve y me concentro lo suficiente para no hacer un desastre.

—¿Estás bien?— pregunta de pronto con el semblante serio.

—Sí... solo me siento un poco mal...

Sin esperar a que Alena dijera algo al respecto, salgo corriendo de la habitación hasta el pasillo, en dónde me quedo un par de segundos antes de salir corriendo al estacionamiento, paso por la estancia en donde se encuentran mis amigos y Hero. Todos me observar pasar rápidamente y de reojo puedo ver que Hero comienza a seguirme.

Cuando el viento frío golpea mi rostro en el oscuro estacionamiento casi vacío, diviso a lo lejos un auto con el motor encendido y una corazonada me confirma que se trata de él.

—¡Sam!

La voz de Hero obliga a que acelere mis pasos hacia aquél auto sin siquiera girar un poco la cabeza.
   No sé que demonios voy a hacer cuando lo tenga en frente.

A medida que voy acercándome, veo que Travis abre la puerta de su auto y sale de él con una sonrisa siniestra que provoca nauseas. Se mantiene con postura frente a su auto mientras ríe como si hubiera un show atractivo frente a él.

—¡Sam, aléjate de él!— Hero grita, pero me es imposible hacerle caso.

—Tú...— extiendo mi dedo índice hacia Travis cuando me encuentro frente a él. —. ¡Eres un imbécil!

—Te lo advertí, pequeña estúpida.— gruñe y se acerca a mí lo suficiente para hacer que Hero acelerara su paso hacia nosotros.

—¡Eres...! No... ¡no te atrevas a acercarte a ellos jamás!

—¿Y quién me lo va a impedir? ¿tú?— se burla.

Hero llega hasta nosotros y se posiciona frente a mí con prisa y sin saber qué está pasando.

—¿Qué mierda haces aquí, Travis?

—Que te diga ella— Travis me señala con la cabeza para después mirarme fijamente mientras trata de asesinarme con sus ojos. —. Yo hice mi trabajo, espero que cumplas con el tuyo. A la próxima no será una advertencia.

—¿De qué carajo estás hablando?

—Si vuelves a acercarte a ellos...— gruño

—Cierra la puta boca.

—No le hables así, idiota.

Hero se acerca a él pero le impido que haga algo tomando su brazo y aferrándolo a mí.

Travis me mira con asco por última vez antes de desaparecer del estacionamiento. La respiración de Hero se vuelve más pesada cuando se libera de mi agarre para después girarse para verme con atención.

—¿De qué mierda estaba hablando?— interroga y yo desvío la mirada hacia la entrada del hospital.

Mis mejillas y nariz se tornan frías con el paso de los minutos y lo único que deseo es estar a lado de Alena en estos momentos.

—Carajo, Sam— su voz se vuelve más gruesa y sus ojos verdosos me miran amenazadoramente. —, te hice una pregunta.

—Travis ha estado amenazándome para que me aleje de ti.— suelto.

Veo cómo drásticamente cambia el rostro de Hero. Ya no me mira impaciente por una respuesta, ahora hasta podría jurar que está por gritar. Sus ojos se entrecierran y delicadamente avanza hasta mí.

—¿Desde cuando?— insiste.

—Hace... hace unos meses.

Su respiración se vuelve más pesada y rígida a la vez. Me aterra lo que vaya a hacer; muy seguramente podría alzar la voz o salir corriendo detrás de Travis.

Justamente, es lo que no quería que pasara. No quería que Hero hiciera algo al respecto y que por mi culpa le sucediera algo malo.

—¿Por qué mierda nunca me lo dijiste?— pregunta con normalidad, aun que por el tono de su voz, parece que hace un gran esfuerzo por no explotar. —. Pude haber hecho algo por ti.

—No quería que te pasar algo y dejaras a Jackson solo— miro las lineas pintadas en el estacionamiento tratando de no toparme con sus ojos. —. Él te necesita...

—Yo te necesito— enmarca con la voz temblorosa. Lleva ambas manos a su cabello y lo estira con dificultad. —. Llámame egoísta, pero no puedo dejarte ir y eso me está volviendo loco.

. . . . . . . . . . . . . . .

N/A: Omg, más de un mes sin actualizar, lo lamento:(. He estado muy ocupada con la universidad que no he tenido tiempo de nada.
   Espero que el capítulo de hoy les haya gustado, trataré de actualizar más seguido para que no abandonen la historia jejeje:(.

Pd. Hace unos días fue el cumpleaños de bebé Hero, ¿vieron las fotos de él? Es perfecto, lo amo:(

Toque de queda | Hero FiennesWhere stories live. Discover now