Toque de queda | Hero Fiennes

Capítulo 13. H | ¿Amigos?

Hero

Todo huele a hierba y alcohol. No sé por que mierda he aceptado venir a la fiesta. Ni siquiera es una fiesta, es un jodido lugar donde las personas arruinan sus vidas en cada segundo a base del alcohol.

Travis hoy inaugura las carreras ilegales y no he tenido otra opción más que aceptar. Sé que me empezaría a cuestionar y a dudar de mi silencio si empiezo a apartarme, y eso no me conviene en lo absoluto. Él tiene la idea de que puede confiar su vida en mis manos y debe seguir siendo así.

Hay un montón de chicas en la fiesta y todas se ven demasiado buenas. Algunas me dedican más que una mirada y estoy seguro de que no llegaré al departamento esta noche. Cosa que en cierto punto me alegra.
   Puedo escuchar la voz de Gael en mi cabeza «Debes sentar cabeza» y una mierda, necesito disfrutar cuanto pueda.

—Estoy muy seguro que te ganaría en una carrera.— Ian ladra en dirección a Carl y todos nos burlamos de ello.

—Seguro que sí, idiota.

Escucho los gritos de las personas cuando los autos se acercan. Están demasiado metidos en el alcohol como para pensar de forma coherente.

Miro en dirección a los autos. Bruce sale del suyo para después lanzarme las llaves. Yo las tomo, pero niego seguidamente mientras me acerco a él, seguido por Ian y Carl.

—¡Una ronda, hermano!— Bruce pasa su brazo por mi cuello. —. Estoy seguro que les ganarías a este par de imbéciles.

—No lo haré...

—¡Vamos!— Carl me codea. —. ¿O es que temes perder?

Todos gritan alrededor de los tres autos y yo sólo me dispongo a acceder.
   No tengo otra mejor cosa que hacer que disfrutar esta noche de la forma que sea. Es algo simple; conducir y no matarme. Espero y sea igual de sencillo cuando me encuentre detrás del volante en medio de la nada.

Me rindo ante mi débil oposición a participar y entonces camino hasta la puerta del auto para abrirla. Ian grita alguna cosa que no logro escuchar por completo y luego la gente alrededor de nosotros grita. Cuando estoy a punto adentrarme al auto, comienzo a sentirme incómodo.
   Miro a todas partes en busca de una persona. Si el imbécil de Gael está aquí, juro...

—¿Qué demonios estás haciendo aquí?— ladro groseramente.

Las palabras salen de mi boca mucho antes de que pueda pensarlas. Delante de mí se encuentra una chica con delicada cabellera castaña.
   «¿Está siguiendome...?»

—No piensas conducir, ¿verdad?— Sam pregunta.

—¿Te parece que voy a hacerlo?— digo sarcástico mientras señalo el auto frente a mí.

—No es buena idea.

—No te lo pregunté.

Ella rueda los ojos mientras ve como cierro la puerta del auto y lo enciendo a su vez.

—Sal del auto.— ordena cuando se coloca justo en la ventana.

—No pienso hacerlo.

—Demonios, Hero, solo baja del maldito auto. Puede pasar un accidente.

—No pasará.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Porque sé bien lo que hago.

—De acuerdo.— sentencia.

Veo como su delicada figura esbelta desaparece de la ventana. Cuando creo que se ha alejado lo suficiente para poder poner a andar el auto hacia la línea de salida, escucho como abren la puerta del copiloto.