Capítulo 16. S | Me cansé

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Sam

Mientras el sol brilla con una intensidad deslumbrante, yo me dedico a apresurar mi paso para llegar a la farmacia e iniciar mi turno. He decidido, por esta misera ocasión, caminar hacia el trabajo desde el campus de mi universidad. Grave error...
   Los pies me dolían lo suficiente como para faltar hoy y dormir toda la tarde en casa. Sin embargo, tan sólo me encontraba a un par de cuadras... jamás vuelvo a hacerlo.

Esbozo una sonrisa cuando cruzo las puertas de la farmacia y el aire acondicionado me refresca por completo. Realmente necesitaba un lugar fresco para poder despejar mi mente.

—Hola— Chase me saluda cuando cruzo el mostrador para entrar a la sala de descanso que se encuentra en un rincón. —. Jane realizó horas extra la semana pasada— informa, después realiza una mueca. —... hoy nos toca inventario.

Lo miro para después cerrar los ojos y maldecir a mis adentros. Tengo que estar tres horas extra en el trabajo hoy, por lo que tendré que ver la forma de no ir caminando hasta mi casa de noche, justo cuando inicia el Toque de Queda.
  
Por un momento, considero la absurda idea de llamar a Hero y pedirle que trate de mantener a sus «amigos» alejados de mi área. No obstante, no lo hago. Dudo mucho que le interese si algo me pasa.

—Si quieres puedes irte— Chase habla. —. No quiero que te arriesgues...

—Necesito el trabajo, Chase.— me enojo de hombros y él solamente asiente.

Camino hasta mi casillero, saco la bata blanca para colocarmela y posarme frente al mostrador por si algún cliente necesita ayuda.

Después de tiempo sin atender a clientes más que en la caja registradora, Chase me informa que tomará su hora para comer y yo solo asiento. No hay tantos clientes hoy, la mayoría son personas adultas que necesitan pomadas o bebidas energizantes.

Cuando Chase sale de la farmacia, a su vez, veo que entra una chica de complexión delgada con cabello oscuro acompañada con un niño pequeño que toma su mano con fuerza mientras trata de caminar bien.
   Mi vista viaja hasta sus rodillas, en donde tiene un poco de sangre y tierra.

—Buenos días...— habla la chica frente a mí y yo sonrío. —. ¿Puede atenderlo?— señala al niño que me mira curiosamente. —. Estábamos en el parque, se cayó y se lastimó las rodillas.

—No me caí— el niño habla. Su voz es dulce mientras los gestos que realiza lo hacen mucho más tierno. —. Sólo aterricé en el suelo como todos los superhéroes.

—Pero los superhéroes aterrizan de pie, ¿no?— pregunto.

Él niño sonríe y entonces dice:

—Yo soy un superhéroe especial.

La chica frente a mí —que parece ser su madre— se ríe ante ello igual que yo.

Les indico que pasen hacia la habitación en donde se atienden a los pacientes y ellos caminan hasta ahí.
   Tomo alcohol y algodón de la estantería superior mientras que de la encimera, tomo una venda color azul junto a una pomada.

Cuando llego a la habitación, el niño se encuentra sentado en la camilla con su madre a su lado.

—¿Cuál es tu nombre?— le pregunto, una vez que dejo las cosas en una mesa.

Acerco el banco para quedar en frente de él.

—Jackson— sonríe. —. Pero usted puede llamarme Capitán Jackson.

—¿Le has robado el sobre nombre a Capitán América?— alzo ambas cejas en espera de su respuesta.

—Lo tomé prestado...— aclara. —. Seguro que no le molesta, él salva al mundo todos los días. ¡Es el superhéroe más increíble!

Toque de queda | Hero FiennesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora