Día 38

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26 de Octubre de 2014

Desperté en el sillón de la sala de Fitch. Yo y otro muchacho nos habíamos quedado a dormir para no regresar a nuestras casas.

Nos quedamos despiertos hasta las 4:00am. Solo conversando y muriendo del sueño hasta que todos caímos en los sillones.

Dormí bastante torcido, a eso se debía el dolor de mi cuello, y sin saber por qué, tenía una peluca en la mano cuando desperté mientras Fitch picaba mi mejilla con el índice.

-Buenos días. – dijo Fitch.

-Buenos días. – respondimos yo y el otro muchacho, recuerdo que su nombre era Caleb.

Me sentía algo crudo, y me dolía un poco la cabeza. Lo que detestaba de dormir en una casa ajena, aparte de dormir en un sillón, era que dormía con la misma ropa de la noche anterior, y no podía darme una ducha inmediatamente, sino que tenía que esperar hasta llegar a casa, y lo peor era que no iría a mi casa de ahí, sino al trabajo, eso era peor.

La madre de Fitch apareció en la sala con nosotros, con una bata con flores blanca, preguntando si queríamos algo para desayunar.

Los tres respondimos que sí, y rápidamente se dirigió a la cocina.

-¿Durmieron bien? – preguntó Fitch.

Caleb y yo nos volteamos a ver con un gesto de desagrado, y con eso respondimos que no, a lo que Fitch asintió riendo.

Fitch era la única que traía un pijama puesta, porque obviamente era su casa, Caleb aún tenía puesto el disfraz de Fredy de Scooby Doo y yo solo tenía la playera de Mario Bros con la máscara de Jason porque me había quitado la camisa negra que tenía encima. Y no, no me refería al mismo Jason de la fiesta con el que había hablado, sino al de Viernes 13. Si era algo confuso.

Cuando la madre de Fitch regresó de la cocina, puso los platos en la mesa del comedor que estaba junto a la sala.

Hizo huevos con verdura y frijoles, y leche con chocolate.

No quería parecer demasiado ansioso, pero mi estómago anhelaba tener comida pronto, entonces los huevos con verdura y frijoles que había en mi plato habían desaparecido en menos de lo que cantaba un gallo, y la leche con chocolate de mi vaso también.

Nos quedamos conversando un rato con la madre de Fitch, era muy agradable.

Decía refranes bastante ciertos y que si puedo recordar, uno decía así:

“Una chica es como la manzana de un árbol. Hay manzanas que cuelgan cerca del suelo, otras que están caídas y otras que están hasta lo más alto del árbol. Aquel chico que quiera algo fácil, tomaría una manzana que está en el suelo. Aquel que quiera algo sencillo sin necesidad de tanto esfuerzo, tomará una de las que cuelgan cerca del suelo. Pero aquel que quiera algo que valga la pena conseguir, escalara y subirá hasta tomar una manzana de lo más alto del árbol.”

Fue mi favorito, porque era exactamente mi manera de pensar.

Al final, todos terminamos de comer, Caleb se había ido primero que yo y tuve que ir a trabajar.

En el camino le escribí a Carly.

“Carly, por favor dime que fue lo que pasó con Sallie. Estoy demasiado preocupado.”

Tardó unos minutos en responder hasta que llegó.

“Está en un hospital de nuevo, al parecer lo intentó otra vez.”

Mi temor estaba confirmado, Sallie había intentado suicidarse, por cuarta vez.

Sentía una gran impotencia por saber dónde estaba, quería verla para asegurarme de que estuviera bien, o de que estaría bien.

“¿Quién te lo dijo?”

“Su novio.”

Suspiré con gran enojo, apreté los puños demasiado fuerte.

“No quiero saber nada de ese hijo de puta.”

“Es el único que puede darme información sobre Sallie.”

Odié que dijera eso, porque tenía razón en toda la oración. Y como Brad me había dejado incomunicado de Sallie, era la única manera para poder saber de ella.

“Dice que te culpa a ti de lo que le pasa a ella.”

“Dile que puede irse a la mierda. Él es el que deja que ella se drogue y se emborrache, y que le molesta llevarla al hospital por su culpa. La presiona demasiado, es un cabrón hijo de puta. Lo odio.”

“El sentimiento es mutuo, Alech.”

“Le romperé su estúpida cara de nuevo.”

“Tranquilo, quizá solo debas alejarte de ellos.”

Seguía teniendo razón. Debía alejarme de Sallie y así no tendría más problemas con nadie, mucho menos con Brad. Pero así sería como si me hubiera rendido ante los intentos de él por alejarme de ella, y no sería tan fácil. No lo dejaría ganar.

Además, Sallie estaba sola si no me tenía a mí, él no la apoyaba en nada, entonces no la iba a dejar caer nunca. Iba a seguir hasta que Brad dejara de joder.

“Gracias por todo, Carly.”

Guardé el celular.

Mi encuentro con Amanda Todd ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora