Día 36 - 11:57pm

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11:57pm

Mis ojos comenzaban a cerrarse lentamente para conciliar el sueño por fin. Había estado una hora viendo la televisión para poder quedarme dormido.

Después estaba en una habitación, o no estaba seguro si era una habitación porque todo estaba completamente en blanco y parecía que flotaba en el aire.

Amanda estaba frente a mí. Lucía un vestido largo blanco y una tiara pequeña de flores blancas en el cabello.

Me sonreía ampliamente y su sonrisa iluminaba más de lo que ya estaba la habitación. Puso su mano sobre mi hombro y con la sonrisa me dijo:

-Ella está bien.

En ese instante mi celular sonó y desperté en un vuelco.

Vi y era del teléfono del Sallie. Contesté de inmediato.

-¡Sallie! ¿Dónde estás? ¿Te encuentras bien? – preguntaba agitado.

-Escúchame bien, imbécil, deja de estar enviando mensajes a Sallie, déjala en paz, ya no la estés chingando.

Apreté los puños con mucho coraje e inmediatamente me puse de pie.

-Escúchame tú mejor, no vas a decirme que es lo que voy a hacer. Voy a seguir insistiendo hasta saber dónde está ella, así que más vale que me digas donde esta Sallie. Dime dónde está.

Brad suspiró enojado, sentía su coraje. Adoraba hacerlo enojar pero éste no era el momento indicado para eso.

-¿Qué no me escuchaste? No la molestes más, solo la perjudicas. – decía enojado.

-¿Qué yo la perjudico? – contesté alzando mi voz. - ¿Quién es el que deja que se drogue, eh pendejo? ¿Quién es el que ya no aguanta tener que estarla llevando al hospital cada vez que trata de suicidarse?

Apreté demasiado los puños hasta que las manos me sangraron.

-¿Cómo sabes eso? – preguntó consternado.

Lo tenía justo donde lo quería.

-Eso no te importa. Dime donde carajos está Sallie o volveré a romperte esa cara de chico galán pendejo que tienes.

Y colgó.

Apreté el teléfono con demasiada fuerza y coraje que sentía que lo iba a romper en un millón de pedazos.

En vez de eso, arrojé una silla al suelo con mucha desesperación y coraje. Odiaba a ese tipo, lo odiaba a morir, deseaba con todas mis fuerzas en ese momento que se muriera por tratar de alejarme de ella.

Golpee la pared y me quedé recargado sobre ella hasta que conseguí calmarme.

No me iba a alejar de ella tan fácilmente, a ella no la iba a dejar sola con ese tipejo.

Busqué la libreta de Amanda, y sorprendentemente sin romper el lápiz por la fuerza comencé a escribir.

“Querida Amanda, por favor haz que Brad se rompa una pierna o algo y aleja a Sallie de él, porque no le hace bien estar con ese tipo, yo lo sé.

Te quiere, Alech.”

Mi encuentro con Amanda Todd ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora