The Teacher's Son [Gay + Adultos]

79. "Playlist de los corazones rotos"

Solo vuelvo a prestar atención cuando llega el turno de los judocas, pues Sandy, la hermanita de Said, participó y ganó una medalla de plata en dicha disciplina. Al llegar su turno de subir al templete, levanto la vista de los monitores para aplaudirle con emoción.

Concluida la ceremonia oficial, los atletas y sus familias son conducidos a un salón donde se ofrece una fiesta en su honor. Antes de poder reunirme con Sandy y su familia, me quedo un poco más tiempo en la mesa de control para detallar el primer spot que será televisado más tarde en el noticiero.

Una vez terminado mi trabajo, es como me dirijo al salón, solo que esta vez como invitado. Al cruzar las puertas tengo que esperar unos momentos para que mis ojos se acostumbren a baja intensidad de la luz del interior. Lo siguiente que hago es sondear las mesas tratando de localizar a Said.

- ¿Por qué tan solito? –La pregunta proviene de una voz masculina a mi derecha.

-Solo quería echar un ojo al ganado antes de decidir.

Mi respuesta logra sacar un gesto de molestia a mi acompañante. –Pero si hoy vienes conmigo, ¿qué van a decir mis padres?

-Espero y te convenzan de sentar cabeza de una buena vez.

-De eso nada, así como estamos me parece perfecto.

Entre chanzas llegamos a la mesa que tenemos reservada, saludo cortésmente a sus padres con quienes enseguida entablo una amena conversación.

Una playlist de videos con música pop se proyecta en las pantallas del salón, intentando así aligerar el intervalo de espera antes de servir los alimentos. Tiempo que aprovechan los atletas para cambiarse el uniforme de la sección por un atuendo elegante para la fiesta.

De camino a sus respectivos lugares, los festejados ya arreglados van de mesa en mesa saludando a sus conocidos. De pronto me recuerda más a una cena de graduación.

- ¡Chicos! Qué bueno que los veo. –Hablando en voz baja, Sandy se pone entre su hermano y yo. –Vengan, acompáñenme un momento.

- ¿Qué sucede? –Le pregunta Said con un fastidio nada creíble.

- ¿Recuerdan que les hablé de un chico atento y simpático que conocí en la villa olímpica?

- ¿Qué te hizo ese pelafustán?

-Nada hermano, o por lo menos, todavía. Pasa que me gustaría presentárselos y me dieran su opinión.

- ¿Desde cuándo pides una segunda opinión sobre un chico que te gusta? –Me parece divertido, pues nunca nos ha dejado conocer a sus pretendientes.

-Me gustaría que usaran su "gaydar" y me dijeran si es de los suyos o no. –Suelta por fin.

-Pregúntaselo tú, porque nos involucras a nosotros. –a pesar de su negativa por colaborar, Said parece caminar más deprisa, sé que ahora en verdad se muere de curiosidad.

-No puedes ir por la vida preguntando esas cosas. Menos aún si me gusta. –Replica la chica.

-Pues yo, ya lo odio. –Sentencia, su hermano sin aminorar el paso.

Sandy lo toma con su mano derecha para detener su avance. –No seas un idiota y apóyame.

-Deberíamos conocerlo primero, ya luego si quieres, podemos planear un homicidio. –Voltea hacía mí con torva mirada. No le agrado mi broma, al contrario que Said quien a estas alturas ya está pensando en las posibilidades.

-Ni se les ocurra hacer una escenita. –Su cara enojada es tal dulce que no podría tomarme enserio su amenaza, aunque fuera cierta.

Con la izquierda, toma ahora mi mano en un intento por mantenernos sosegados y separados.