The Teacher's Son [Gay + Adultos]

36. "Duelo"

36.

"Duelo"

Serán recién pasadas las cuatro de la mañana cuando Lucas pasa por Luis y por mí a nuestras casas. Papá apenas si se despierta para desearme buen viaje y se vuelve a dormir, cosa que agradezco, ya que así no se da cuenta de quién viene a buscarme. Una vez a bordo Lucas me comenta que en su camioneta vienen las cosas para el torneo; la carpa, armadura, armas, trajes etc. Mientras que en la que vienen Omar y Franco llevan los artículos del puesto que me toca atender.

Antes de salir de la ciudad hacemos una parada en la gasolinera para encontrarnos con Omar, repostar café, comida y combustible.

- ¿Qué tal vamos? –Pregunta Omar estirándose un poco.

-Hasta el momento todo bien. Según el programa debemos de llegar en otra hora y media más, a tiempo para registrarnos en la feria y montar todo. –Responde Lucas consultando su reloj y el mapa en su celular. –Diego, Luis, ustedes a las siete y media de la tarde deben de haber terminado de levantar el puesto de nuevo, porque a las ocho debemos estar en el hotel para registrarnos.

-Biiienn –Responde Luis tiritando.

-Diego, ¿El profe si te dio permiso para quedarte con nosotros?

-Sí, no hay problema. –Mi corta respuesta consigue que Omar me dedique un gesto de duda, por lo cual agrego. –Tal parece que ya tenía planes para este fin, los cuales no me incluían, así que no puso demasiadas pegas.

-Excelente, ¿y Tanía ya tenía igual planes o por qué no la invitaste a venir? Una linda chica siempre es bienvenida por aquí. –Me pregunta con su tono de casanova, bromeado claro está, porque recién me había confesado que se le hacía algo creída.

- ¡Cuidado Chico Malo, es de mi hermanita de quién estás hablando! –Le advierto con voz amenazante, igualmente jugando. A lo que ambos soltamos la carcajada ni bien termino de hablar.

-Bueno, ¡Qué frío hace! Lucas porque no regresamos al auto con calefacción y dejamos a estos tórtolos solitos un rato. –En cuanto le dan su vaso de café Luis vuelve a la cabina de la camioneta dejándonos ahí mientras esperamos los nuestros.

- ¡Tortolos! ¡Ja ja ja! Pero si este par siempre se la pasan peleando casi todo el tiempo, ¿de dónde sacas esas tonterías? –A pesar de las burlas al comentario, Lucas lo sigue de regreso dejándonos solos.

- ¿Franco no va a querer algo?

-Sí Diego él quiere chocolate solo que hace mucho frío para que baje, toma porque no se lo llevas, además le dará gusto si vienes con nosotros el resto del camino.

-Te tomaré la palabra, sirve que conversamos un rato para que no te duermas. –Nos dirigimos entonces a la camioneta que trae Omar. Dentro y enredado en mantas se encuentra Franco medio adormilado. –Hola campeón, tomate el chocolate ahora que está caliente.

Lo sostiene entre sus manos para calentarse y la da un sorbo pequeño antes de hablar. –Buen día Diego, brrr no pensé que fuera así de frío, ¡extraño mi camita!

-Lo sé, yo también, pero así son las aventuras. –Al sentarme junto a él levanta sus cobijas para que me cubra con ellas también. Dentro realmente no se esta mal, su mamá seguramente se las puso para que no pasara frío, ojalá a nosotros se nos hubiese ocurrido también algo así, en la de Lucas lo único que tenemos para soportar el clima es la calefacción propia del vehículo.

Tras beber medio vaso de leche el pequeño recupera el ánimo y se dedica a escrutar el horizonte haciéndonos toda clase de preguntas sobre todo lo que veía, por su parte Omar le responde atentamente sus dudas. Aunque ya conocía su dinámica no deja de sorprenderme la paciencia y dedicación que le tiene. Pronto los tres estamos enfrascados en una animada conversación sobre una película cuando, al reconocer las primeras notas de una canción que comienza a reproducirse en los parlantes, Franco de inmediato se endereza para subir el volumen.