The Teacher's Son [Gay + Adultos]

66. "El chico del bus"

Dedicado a:

Nery234, shadowlu01, Nina_barreto 

Y a todos por haber llegado hasta aquí y esperado tanto tiempo. Sorry XD

66.

"El chico del bus"

POV Tony

Salir del armario no ha sido como me imaginaba. El apoyo de mis padres y amigos ha sido abrumador, no así el de "mi mejor amigo". Sí, fantaseaba con él abrazándome y besándome, correspondiendo el amor que en secreto le profesaba. Descubrir que no sentía lo mismo por mí, no dolió tanto como su rechazo total. Aún ahora, varias semanas después de haber "arreglado las cosas" no puedo evitar recordar la cara de asco y repulsión que me dirigió aquella noche. Muy contraria a la de éxtasis que conseguí sacarle un día.

Entre tantas cosas que hacíamos juntos había una que me causaba un enorme cosquilleo en mi interior; a veces, aprovechando que nos quedábamos solos en casa, Rubén ponía una película porno sustraída del cuarto de trebejos de uno de sus tíos. Al principio solo nos reíamos de las tomas, los acercamientos de cámara y lo absurdo del guion; luego, Rubén comenzó a abstraerse viendo a las chicas gemir al ser penetradas, relamerse los labios con los enormes senos bamboleantes, con sus gritos y gemidos al alabar al dios del sexo. En lo personal no entendía su fascinación por la pornografía, en un principio sentía esa misma curiosidad y morbosidad por develar semejante misterio, sin embargo, este no logró engancharme tanto como a mi amigo. Más de una vez traté de hacerle notar mi aburrimiento con esas cintas, mas no creo que lo haya entendido nunca, por el contrario, cada vez conseguía más y más material. Una tarde, presa de la excitación producida por cierta morena de voluptuosos y falsos senos; bajó el zipper de su pantalón, liberó su turgente miembro y sin reparo alguno se auto procuro placer delante de mis anonadados ojos.

Estaba en shock, congelado ante semejante escena. Sin darme cuenta comencé a acariciar mi, hasta entonces dormido pene. Ni una palabra o suspiro se escapó de mis labios, es más, creo que ni respire por lo que me parecieron horas en un intento de no romper esa mágica burbuja. Por más que intentaba poner atención a la chica jadeante en la pantalla, no podía resistirme a admirar, aunque sea de reojo, la virilidad de mi amigo.

Esa noche fue imposible poder conciliar el sueño. ¿Qué me está pasando? ¿Por qué no pude apartar la vista? ¿Algo estará mal en mí? Tantas dudas, preguntas y conjeturas en mi cabeza no hacen nada por ayudarme. Como tampoco el hecho de que Rubén siguiera trayendo esos videos a casa para verlos a escondidas, o que el bajarse el pantalón para masturbarse frente a mí sea cada vez más frecuente.

Presa de la excitación del espectáculo, un buen día decidí arriesgarme uniéndome al juego, aun con reticencia comencé a sobar mi entrepierna, luego, desabroché y bajé a la altura de los muslos el pantalón. Para mi asombro, mi miembro estaba duro, más largo y grueso de lo que había conseguido con las caricias auto infligidas bajo las sábanas, al amparo de la oscuridad de mi cuarto. Escurría precum como nunca antes, con el puño alrededor del tronco lo masajeé lentamente de arriba abajo, sin olvidar acaricia el glande.

Después de varias sesiones siguiendo la misma línea y aprovechando la confianza que nos teníamos, medio en broma comenté que había leído por ahí que la masturbación se sentía muy diferente, mejor, cuando la mano que lo hacía pertenecía a otra persona. -Ojalá hubiera alguien más para ayudarnos con eso, no crees. Estoy tan caliente que hasta tu mano sería bien recibida. –Comenté burlonamente.