2. El gran Akutagawa

Začať od začiatku
                                    

Era crujiente, con la cantidad perfecta de azúcar, con un ligero gusto a almendra y con las sorpresa de los tropezones dulces de los pedacitos de higo.

—Deliciosa —opinó con toda sinceridad Chuuya tras tragar el contenido de la galleta.

Una sonrisa apareció en el rostro de Akutagawa ante el asombro de Chuuya.

—Si trabajas en esta comisaría vas a probar a menudo los manjares que cocina Higuchi. Si en lugar de haber seguido la tradición familiar de ser policía hubiese ido a una academia de cocina su nombre estaría entre las mejores cocineras del país.

Chuuya pensó que lo que la hacía esforzarse era el impresionar a Akutagawa. Sin ese estímulo quizá no realizaría esas creaciones.

Pero no lo diría.

Notó una diversión perversa en los ojos de Akutagawa, como si supiese los pensamientos que pasaban por su cabeza.

La respiración de Chuuya se detuvo. No había duda Akutagawa había deducido por sus gestos, por su expresión, por su forma de moverse y actuar lo que realmente pensaba. Es lo que pasa cuando te encuentras con el mejor detective de Japón.

Akutagawa le adelantó la mano.

—Bienvenido Chuuya al equipo.

Chuuya había sido aceptado como compañero y con una gran alegría le estrechó la mano mientras veía con el rabillo del ojo como Mori estaba totalmente feliz.

—Me gustaría que le enseñaras como funcionan las cosas en la Comisaría.

—No hay ningún problema en ello. Tachihara es bastante bueno explicando todos los procesos y procedimientos y yo puedo darle algunos consejos.

Chuuya creía que estaba soñando. ¡Tachihara, el ayudante, la mano derecha de Akutagawa le iba le iba a dedicar tiempo para él en exclusiva! Era como si un deseo de cumpleaños pedido al soplar las velas se estuviese cumpliendo.

¡¡¡Y Akutagawa le iba a dar algunos consejos!!! ¡¡¡Personalmente!!!

Iba a ser como asistir a una clase magistral en la universidad con un profesor renombrado e idealizado.

Notó claramente como a Akutagawa le divertía su entusiasmo y dejó de lado cualquier propósito de no mostrar su júbilo.

—Estoy seguro que Chuuya Nakahara te ayudará a resolver el caso de los ladrones de guante blanco.

Nada más decir Mori estas palabras, el rostro de Akutagawa perdió toda muestra de condescencia, su frente se arrugó, y sus labios se contrajeron en una mueca de desagrado.

—¡Yo no necesito la ayuda de nadie! ¡Si alguien me ayuda, sea Nakahara, usted o el mismísimo Holmes, da igual, nunca seré reconocido por él!

Chuuya nunca había visto en ningún video de los visionados sobre la figura de Akutagawa una reacción tan vehemente de su parte.

—Akutagawa no deberías dejarte influenciar por esas palabras maliciosas —le recomendó el comisario soltando un suspiro cansado.

Así que no era la primera vez que Akutagawa actuaba así.

¿Qué palabras „maliciosas" eran las que le hacían reaccionar así?  Y sobretodo, ¿quién era él?

Justo en ese instante cuando la tensión que emitía Akutagawa, era tan incómoda que el espíritu de superación de Chuuya le gritó que debía de defender sus méritos propios delante de famoso detective y convencerle que iba a ser realmente una ayuda, no una obstáculo, fue entonces cuando el mencionado Tachihara entró en el despacho.

—Siento llegar tarde...

—Llegas justo en el momento adecuado —gruñó Akutagawa dando una vuelta sobre sí mismo con tanta ahínco que levantó una pequeña ventolera en la habitación. —Enséñale al nuevo la comisaría, yo tengo que ocupar el poco tiempo libre que tengo en revisar todas las pruebas e informes del caso y encontrar la pista que nos llevará a la detención de esos delincuentes.

Y con un portazo abandonó el despacho.

Mori se pasó la mano por la frente estrujándola como si el golpe le hubiese probado una migraña repentina. Tachihara levantó los hombros tan solo.

Aquello demostraba que ninguno de los dos estaba asombrado, es decir, Akutagawa sí solía comportarse así, solo los periodistas nunca habían podido captar uno de sus enfados o, quizá, por respecto hacia el que era casi considerado un héroe, silenciaban esas informaciones.

—¿Tú eres el nuevo? —le preguntó Tachihara para intentar relajar el tenso ambiente que su superior había creado, pues estaba claro que él era el nuevo. El chico, pelirrojo como él, con una tirita sobre la nariz le miraba con mucha simpatía. A Chuuya le cayó bien desde el primer momento y notó que el sentimiento era mutuo.

—Sí, me llamo Chuuya Nakahara.

Tachihara le extendió la mano y Chuya se la chocó:

—Mi nombre es Michizo Tachihara, encantado.

—Espero aprender mucho de ti.

—Yo creo que más bien lo contrario. Akutagawa-sensei estudió tus casos resueltos y quedó gratamente impresionado.

Chuuya se quedó con los ojos como platos y con la boca tan abierta que Tachihara apenas pudo disimular la risa.

—Fue el mismo Akutagawa quien vio primero el sobre que contenía tu petición de traslado entre el correo diario y él mismo me aconsejó que aceptara tu solicitud —le contó el comisario visiblemente divertido por la sorpresa mayúscula de Chuuya.

—¿Que de él surgió la sugerencia para que mi solicitud fuese aceptada?

—¡Vamos a ser un gran equipo de tres, Chuuya —le aseguró Tachihara. —Y esta vez si conseguiremos atrapar a esos ladrones de Guante Blanco.

Chuuya no pudo estar más de acuerdo.

Sonriendo de nuevo con total alegría y felicidad asintió:

—Sí, acabarán entre rejas.


Gracias por leer y vuestro apoyo en este fic.

Mi gran amiga, la talentosa y maravillosa HikariYaehime realizó un bello arte basado en el evento. A partir de él elaboró la portada de esta historia.

Podéis ver el dibujo completo en este enlace:
https://twitter.com/hikariyaehime/status/1166805321660153858?s=21

Muchas gracias por inspirarte tanto en mis fics para realizar tus hermosos dibujos.

Próximo capítulo: los ladrones más sinvergüenzas

Ahora me ves, ahora no me ves. BSD. Soukoku , Shinsoukoku. OC.Where stories live. Discover now