Capítulo VIII

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— Tienes que decirme tu tabla de ejercicios Mimi— balbuceaba Luís con la boca llena de lo que parecían ser ¿ patatas ? No lo se.

— Solo voy a correr todas las mañanas y las tardes.

' Y tengo una genética envidiable que me hace estar siempre al 100 % físicamente para proteger a los humanos ante cualquier peligro' añadí en mi cabeza.

— ¿ Me das un poco ? — preguntó Miriam señalando la cookie que aún permanecía intacta en mi bandeja.

— Toda tuya — dije mientras empujaba mi bandeja cerca de ella.

¿ Cara de tonta ? La que se me quedó a mi cuando Miriam dejó un beso en mi mejilla a modo de agradecimiento por la galleta.

— Gracias Mimita.

Mimita ¿ Ya estáis en la fase de los apodos cariñosos ?

Ana.

Disimuladamente le pegué una patada a mi mejor amiga en la espinilla que la hizo saltar un poco de la silla, por suerte lo disimulo lo suficiente para que nadie se percatase de nada.

Los chicos son los primeros en terminar sus comidas; porque nosotras seamos lobas no quiere decir que no tengamos modales a la hora de comer.

— ¿ Que os toca ahora ? — preguntó Luis a sus hermanos.

— Creo que nos toca 'Fundamentos de la Cirugía' con el profesor Evans ¿ no ? — preguntó Roi a Miriam quién afirmo con la cabeza al tener en la boca la cookie — ¿ Y a ti ?

— Micro-robótica — dijo Luis mientras se levantaba con su bandeja en mano, vaciando los restos de su comida en una de las papeleras que se disponían por toda la cafetería.

Dimos por finalizada la comida y recogimos las bandejas antes de dirigirnos cada uno a su respectiva clase.

— ¿ Como es Evans ? — preguntó Roi mientras entrabamos en el aula y nos colocábamos los cuatro en la última fila de la gradería de sillas.

— Es el más joven de todos los profesores de la carrera; y el más enrollado — explicó Mireya mientras se miraba en el pequeño espejo que siempre lleva en el bolso.

Jugaba con el bolígrafo entre mis dedos, esperando a que el profesor Evans, Noah; apareciese en la clase.

Noah Evans era un hombre alto, 1'80 aproximadamente y que no superaba los treinta años. Con el pelo de un rubio oscuro prácticamente marrón y ojos verdes era el delirio de mas de uno o una de los alumnos  a los que les impartía clase.

Yo lo conocía de siempre, era miembro de la comunidad de la manada, pero no había sido dotado con el don.

— ¿ Ese es Evans ? — preguntaron a mi derecha. Miriam.

Afirmé sin dejar que mi boca emitiese ningún sonido.

— Es mono.

Gruñí. Tanto mi loba como yo lo hicimos.

Mireya me dio un codazo a modo de advertencia.

 ¿ Estaba celosa ? Obviamente sí. Figurar a Miriam con alguien que no fuera yo a su lado me reventaba por dentro.

— Pero no es mi estilo — volvió a comentar la causante de mis celos.

El alma volvió a mi pecho tras ese comentario, y la loba. quien se encontraba ansiosa por arrancarle la cabeza a Evans  pareció apaciguarse.

Evans hizo su clase amena como siempre, centrándose en ofrecer los contenidos de una forma atrayente, llamando la atención de todos sus alumnos colando de vez algún que otro comentario gracioso.

Aullidos nocturnos - Miriam²Where stories live. Discover now