Capitulo V

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Como siempre, esa mañana volví a salir a correr, al igual que Ana me acabó por traer una toalla al salir de las frías aguas de la bahía de West Penobscot.

Como ya era rutina, volvimos en una suave carrera hasta casa o al menos lo intentamos porque yo paré bruscamente.

Otra vez ese olor a amoníaco que me quemaba cada una de las terminaciones nerviosas de la nariz.

— ¿ Que ocurre Mimi ?

— ¿ No lo hueles ? — le pregunté.

— ¿ Oler que ?

— Ese olor a podredumbre y amoníaco.

— Yo no huelo nada salvo el salitre del mar Mimi —me respondió Ana mientras volvía a emprender la carrera camino a casa.

Intenté sacármelo de la cabeza, tal vez,  solo eran paranoias mías, demasiado estrés para mi  cerebro en tan poco tiempo. Metí el turbo a mi carrera y en tres zancadas ya estaba a la altura de Ana, quién me miró sobre el hombro antes de meter la sexta y salir cual bólido hacía delante; era rápida pero ella lo era aún mas que yo; pero no por eso iba a dejar de dar batalla. Tal vez ella era mas veloz pero yo era mucho mas fuerte y tenía las piernas mas largas, así que tuve que poner mas fuerza en cada una de las zancadas que daba pero gané, por los pelos pero lo hice.

— La próxima vez te ganaré, lo juro — exclamó la morena dándome un golpe con el hombro al pasar a mi lado, camino a su casa.

— Eso quisiera verlo, ¿ a las 8:10 en tu puerta ? — le pregunté, ya que esta semana me tocaba a mi llevar el coche hacía la Universidad.

— Como siempre.

— Hola papá — saludé cuando entré en casa, reparando en mi padre quien sentado en la isla de la cocina se entretenía leyendo el periódico.

— Buenos días hija — correspondió a mi saludo — Date prisa, que se te enfrían los huevos — aportó mirándome sobre el periódico.

Me duché rápidamente, de la misma forma que me vestí, acabando por decidirme por unos pantalones grises oscuros junto a un jersey color vino tinto y mis inseparables botas negras.

— Ya estoy ¿ Algo interesante ? — le pregunté a mi padre cuando me uní a el en la cocina.

— Los fichajes de la temporada son nefastos, pero si hay algo — dijo mientras me pasaba el periódico.

— ¿ Los Miami Dolfins amplían su estadio ?

— La otra página Mimi, por favor.

— Perdón perdón,  no soy adivina — dije mientras miraba la página que me indicaba mi padre, esta vez correctamente.

Los investigadores de la policía de Vermont comparan datos con el cuerpo policial de Worcester, encontrando similitudes en el modus operandi del asesino, quien parece desplazarse entre estado a una velocidad impresionante. ¿ Que me quieres decir con esto papá ?

— No es la primera vez que esto sale en las noticias y lo que mas preocupa es el modus operandi del asesino.

— ¿ Que tiene de especial ?

— Nada del mundo humano es capaz de partir a una persona por la mitad de un zarpazo.

— ¿ Papá ?

— La manada ya lo sabe hija, pero os pido que estéis alerta de todas formas, te veré esta tarde, me llevo el Mercedes.

— Hasta mas tarde papá — me despedí mientras me levantaba y comenzaba a recoger todos los trastes del desayuno.

Aullidos nocturnos - Miriam²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora