Capítulo 39: Enfermos

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La noche pasó incómoda para Leanne, Harry insistió en pasar la noche con ella, esa noche Leanne no estaba dispuesta a ser cómplice de algo que ni siquiera entendía cómo es que funcionaba, en su nueva versión, ese matrimonio solo era una farsa, algo forzado.

No entendió, ni entenderá cómo demonios apareció al lado de Harry, mirándolo mientras él jugaba, acariciaba y apretaba cariñosamente sus bordes. Fue duro hacerlo dormir, Lea estaba segura que la hora pasaba de las dos de la mañana; cuando lo detuvo ya harta y agotada por el incansable toqueteo de su marido este le dijo que apenas terminara el desayuno ella podría recorrer el campo con su guardia.

La sorpresa la invadió de inmediato, era algo repentino, pero bastante bueno. La sonrisa de Harry buscaba una respuesta, algo que le haga saber que lo que hizo estuvo bien. Leanne se le quedó mirando por un largo momento en silencio hasta que en uno de esos momentos comprendió lo que él quería.

—Gracias, Harry—. Susurró débil. El mancebo satisfecho se acercó a ella y le robó un beso y giró sobre la cama para darle la espalda y descansar.

Leanne hizo lo mismo, sin embargo, a diferencia de la alegría de Harry ella estaba molesta; ella no era una esclava para agradecer salidas o permisos. Ella era una maldita mujer libre, nadie podía decirle lo contrario...

Su ira creció mucho más al darse cuenta que sí se decía ser libre, pero su realidad era muy distinta.

Despertó sintiendo besos por su rostro, no eran efusivos, más bien suaves; Harry rió cuando Leanne protestó con molestia y lo apartó. Harry obedeció en silencio y se encaminó al baño para asearse y hacer sus necesidades. No pasó mucho cuando Leanne soltó un grito agudo y un brinco que le hizo deshacer la cama: Harry había colocado sus manos en su espalda, fue cauteloso al hurgar entre las cobijas y poder tocar su piel con sus gélidas manos. La reacción de esa mujer le causó una risotada que lo hizo sentir vivo. Leanne más que divertida estaba incómoda, asustada y algo inquieta. Harry se puso de rodillas sobre la cama para alcanzar a su esposa abrazarla en consuelo. Leanne prefirió seguir el juego, era obvio que no quería nada con Harry, pero tampoco podía ser cruel al hacerle un desplante, por lo que recibió algo apenada el beso tan caluroso de su esposo.

Harry estaba más atento de lo normal, abrigó a Leanne con una chaqueta suya, para la gélida brisa matutina. Las mangas largas le servirían como guantes incluidos y el tamaño de ese abrigo podía permitirle envolverse mejor. Leanne caminaba maldiciéndose internamente, él esmerándose al doscientos por ciento para cautivar nuevamente a Lea y ella simplemente no podía decirle con valentía el pesar que sentía al no saber cómo corresponderle.

Había una diferencia abismal en las sensaciones de estos dos individuos Harry forzaba las situaciones que deberían darse con naturalidad en una pareja y Leanne sentía que lo hacía, pero su otra vocecita decía que era un esfuerzo que cualquier enamorado haría, al menos lo que haría alguien por querer enmendar lo que había hecho. Cuando ya comían, Leanne ya no sentía que la situación era forzada, ya estaba segura que lo era. Harry la estaba tratando como una inútil, tanto que Leanne elevó la voz pidiendo que parara. El silencio reinó entre los comensales, la vergüenza de Harry estaba en todos, todos sentían vergüenza ajena al presenciar tal escena.

Cuando todos terminaron su alimento, limpiaron la cocina y lavaron todo lo utilizado hace instantes. Harry tomó a Lea por la espalda baja de manera calma y la guio hasta la puerta, elevó la voz haciendo que los miembros que estaban en la cocina escuchen la petición de llevar a Lea de paseo por el campo.

—¿No vas a acompañarme? —Preguntó Lea, mientras veía como su guardia se acercaba a ellos.

—No quiero agobiarte, amor, mereces tu espacio—. Miró de reojo a su sirviente y después se acomodó algo altanero al hablarle—. Si ella te dice que quiere espacio, obedece, obedece a todo lo que te pida—. Lo miró profundamente, dándole un mensaje silencioso pidiendo que se quede un momento con él.

DEMONIC NIGHTMARE // Editando Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora