Capítulo 29: Amenazas

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Después de la charla con su Stratum, Mika optó por dejarlo disfrutar del partido improvisado que había en ese patio. Él por el contrario accedió en desaparecer a su habitación y redactar más sobre lo que veía en aquella casa.

Parecía apresurado y un poco atormentado cuando se puso a escribir, era cómo si Mika estuviera presionado y haciendo lo que debía a contra reloj. En un acto desesperado, soltó su cabello que había estado atado en una coleta a la altura de su nuca y con esa libertad, poca importante para terceros, empezó a escribir con más fluidez y nerviosismo; la pluma iba del papel a sus labios; se veía como un escritor frustrado, sin embargo se obligó a mostrar serenidad cuando escuchó que lo llamaban a su puerta.

Con unos libros que tenía sobre su escritorio escondió sus escritos y caminó con simulada calma a atender a quien lo buscaba.

Una sonrisa maliciosa brotó de sus labios al ver a su víctima, por el contrario Melied estaba seria y con evidentes ganas de no querer ver a Mika.

—¿Harry te ha enviado? —Cuestionó asomando su cabeza por la su puerta que daba al pasillo.

—Sí, quiere verte en la pequeña biblioteca...

—¿Y eso queda en?... —elevó una ceja, esperando la dirección.

—Al fondo del pasillo, mano izquierda, justo al lado de la ventana, es difícil que te pierdas, es la última puerta- Indicó dándose la vuelta.

—Me sorprendes mucho, Melied —el rubio detuvo su huida—Es increíble la lealtad que le tienes a Harry, mucho más después de la paliza que estuvo de acuerdo en darte.

—Él no lo quiso, estuvo obligado.

—No recuerdo haberle amenazado con alguna pistola —simuló pensar—, solo recuerdo haberle dicho que si no hacía lo correcto, perdería a su esposa.

—¿Sabes? No voy a discutir contigo, solo sé que Harry acabará con tus estúpidos juegos y te devolverá a Danae, si es que no acaba contigo.

—Ni siquiera estás segura, es tu deseo, sin embargo, no pienso darte el gusto de verme marchar, aún tengo muchas cosas que hacer aquí.

—Si Harry no te elimina, Mika; ten por seguro que yo misma lo haré -apretó su mentón y le brindó una mirada dura.

—Es fácil decirlo cuando te mantienes protegida en sus faldas, pero hay algo que nos difiere abismalmente, querida; yo nunca digo mis planes, yo los cumplo —Declaró amenazante.

Melied sonrió con hipocresía e hizo una leve reverencia aceptando la pelea de sobrevivencia implícita que había anunciado Mika, para después despedirse susurrando:

—Si es así, que gane el mejor.


Una vez que hubo despedido a Melied con el silencio, regresó a su habitación y guardó sus escritos en un portafolio y lo ocultó detrás del armario pequeño que había en su dormitorio. Vigiló que todo se viera en orden y nada posiblemente sospechoso, esta actividad verdaderamente estresante lo había llevado a cabo desde el día siguiente de su llegada, era evidente que Melied pudo haber husmeado sus cosas mientras aprovechaba su ausencia para dar información a Harry sobre la verdadera intención que tenía su visita, no obstante, sabía que si Melied encaraba el real propósito a todo el mundo, quien se vería mucho más afectaba en todo este embrollo sería Leanne.

Caminó por menos de dos minutos hasta llegar al punto de encuentro que Harry había ordenado y tocó la puerta con normalidad, esperó un poco hasta que Styles lo recibió sin ninguna pizca de indulgencia y le permitió entrar.

DEMONIC NIGHTMARE // Editando Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora