Final

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Sus ojos no reconocen al ser que hay frente al espejo, los ojos hinchados, la cara desfigurada por los golpes y el llanto. El hombre que se posaba delante del espejo ya no tenía ganas de sonreír, no tenía motivos ni sentía el derecho de hacerlo en un futuro, la culpabilidad lo atormentaba y las ojeras eran testigo del masoquismo que se aplicó en esas noches.

El silencio solo se rompía por el sonido de la tela que se friccionaba entre sí y el sonido de unos zapatos de goma, nada más provocaba melodía.

Aquella enfermera ya estaba invadida de tristeza, su cara se contagió del temple de su paciente, sus deseos eran inmensos por salir de esa casa y el dueño, la complació:

—Ya puedes irte, Teresa, puedo acomodarme la corbata yo solo— Pronunció en tono bajo.

—Te acompañaré hasta el auto, Dominik—Susurró— Iré a recoger mis cosas y preguntaré si el taxi ya llegó.

Dominik asintió con la cabeza mientras veía a su enfermera desaparecer de su vista. Volvió la mirada al espejo y sintió nauseas de verse otra vez.

—Miserable hijo de puta— Protestó insultándose a sí mismo y secándose las lágrimas con coraje.

Las vendas en su cabeza, el brazo enyesado y el bastón que lo ayudaba a caminar eran recordatorios físicos de su imprudencia. Odiaba verse y sentirse, todo de él sentía rechazo. Sus ganas de matar a Harry aumentaron y sus dudas sobre su buena intención aumentaban como fuego en paja seca.

No se sentía digno de respirar, quien debía llorar y sentir la vida nuevamente era Leanne, pero ahora, ella permanecía quieta en una caja de madera.

—¡Ya nos están esperando, Dominik! —La mujer avisó desde lo lejos. El hombre se apresuró como podía y salió de la casa con Teresa hasta dar encuentro al Taxi.

El camino fue silencioso y la despedida con Teresa, como siempre, incómoda, porque esa mujer solo repetía que todo esto "terminaría". Dominik se enojaba mucho más cuando la escuchaba, porque esto no terminaría hasta que maten al desgraciado de Harry Styles.

El camino al cementerio fue peor, el chofer del taxi quería iniciar una conversación que Dominik no estaba dispuesto a continuar, pero la insistencia del sujeto lo hizo encabronar más.

La ceremonia fue una tortura, las palabras de confort empeoraban la situación, Dominik se sentía mucho más culpable y su culpabilidad aumentaba al ver al Agente Fernsby destrozado en primera fila, recibiendo consuelo de sus colegas.

La gente empezó a desaparecer después de enterrar a Leanne y arrojarle rosas, Dominik se quedó un momento más apreciando el silencio de la muerte y el olor dulce de las flores, él ya no concebía aquel olor como en las temporadas de San Valentín.

Sus pasos lo alejaron de aquella tumba y se acercó al grupo de policías que estaban conversando casi gratamente, olvidando el evento anterior.

—Mis condolencias, hijo —. Habló el oficial más grande dándole una palmada en la espalda.

—Gracias, oficial Girsie— carraspeó la garganta— Vine porque quería saber si hay alguna noticia de Styles.

—Bueno, estamos haciendo el peritaje correspondiente en donde tenían a Leanne, los peritos necesitan más tiempo, han hallado más cuerpos y hay varios elementos que debemos secuestrar. No te aflijas, hijo —Se apresuró en decir al ver la expresión de Dominik—, tenemos otro equipo que está haciendo el rastrillaje, eso puede detallarlo Fernsby—. Empezó a buscarlo, estirando el cuello y mirando por todos lados— ¿Dónde está Vaden?

—Se fue, Señor, no aguantó mucho la ceremonia.

Todos quedaron en silencio y los suspiros no tardaron en salir.

—Date unos días, muchacho, iremos a tu casa para darte las novedades— Elevó las comisuras empáticamente y con un asentamiento de cabeza, Dominik los dejó solos.

La tarde se pasó tomando té en una cafetería con los conocidos de Leanne, ya cuando oscurecía él prefirió dejarlos, no se sentía lo suficientemente fuerte como para entablar una conversación, además, la medicación lo tenía más apagado.

La sensación de soledad inundo sus emociones cuando entró a su apartamento, lo único que hizo eco fue el golpe de las llaves contra la mesita de té y el piqueteo de sus pasos.

Su escape para alivianar el dolor fue darse una ducha, el llanto se mezclaba con el sonido del agua golpeando el piso, fue una sesión larga y repetitiva que no traía mejora, simplemente lo hacía sentir peor.

Su camino a su habitación fue interrumpido por el ruidoso televisor encendido de su habitación.

Las emisoras televisivas no dejaban de hablar del caso "Leanne", era el furor del momento, el morbo de la gente mantenía vivo ese caso. Dominik, enojado apagó de sopetón el aparato, buscando paz y no más información que le haga recuerdo de esa noche en la que vio morir a su amiga y se dirigió al ropero para sacar de allí unos vendajes nuevos.

—Pedazos de mierda, no respetan su memoria...

—Pienso lo mismo, Dominik—Su cuerpo giró velozmente en dirección de donde provenía la voz.

—¡¿Cómo has entrado?! —Palideció al verlo apoyado en el marco de su puerta, con un semblante demacrado, un hombre irreconocible.

—No interesa cómo, sino el propósito de mi visita —Respondió Harry acercándose a Dominik con una mirada fría y porte soberbio— Tenemos unos asuntos que arreglar ¿Recuerdas? 





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¡Final! ¡Final! Aaaaaw, muchas gracias por compañarme en esta historia, por ser participes de este mi primer libro. Sobre todo por la paciencia. Fueron largos meses de espera en los cuales no me surgía algo digno de publicar. No dejaré de agradecerles la fidelidad, el cariño, los comentarios... ¡TODO! 


Peeeeero esperen, que este no es el final, ya que hay una segunda parte, mañana publicaré el libro, sin embargo, el libro se empezará a actualizar en el segundo semestre del 2021, ya que, DEMONIC NIGHTMARE necesita algunos arreglitos UuU.


¡Gracias a todos, Souls!

DEMONIC NIGHTMARE // Editando Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora