Capítulo 20: Control

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Los días desaparecían con velocidad como las personas que caían en manos de Styles. Las lunas de abril solían esconderse rápido para dar la bienvenida a una nueva mañana que para muchos solía ser rutinaria; sin embargo, el paso del tiempo estaba siendo bueno con Leanne, le enseñaba poco a poco la fortaleza que debía adquirir contra los demás, para sobrevivir en ese lugar que le había dado una bienvenida grotesca.

Levent se había comportado muy bien con ella. Tomaba de manera seria su papel de Stratum, siempre estaba con ella y la protegía como una capa misma. Aquél joven de piel pálida, fue su bendición, era quien le daba información y le ayudaba a conocer los pasos de Harry. Ambos trataban sumamente de no verse muy seguido, Leanne no quería que Harry se entere todavía que tenía un Stratum y era lo mejor, ella no quería que nadie impida por lo menos la oportunidad de tener contacto con alguien y salir de ese sitio.

Quien cumplía con el papel de protector, enseñó a Leanne lugares que se encontraban a una distancia más o menos lejana de su hogar: a una media hora del Castillo, había una zona subterránea, donde grandes habitaciones rodeaban un pasillo más o menos largo. La mayoría de las puertas se encontraban con acceso bloqueado gracias a candados viejos, el lugar apestaba a humedad y un leve olor dulce, igual como cuando un cadáver está descomponiéndose, pero está acompañado con el olor de las flores, olor similar que se manifiestan en los velorios.

Más allá del bosque donde su esposo solía reunirse con Melied, había una pradera exquisita, pese a tener las flores secas, Leanne se sintió libre por un momento y decidió recostarse sobre el suelo, pidiendo la compañía de su Stratum.

Levent le sugirió con un tanto de preocupación que no vuelva a acercarse a estos sitios, al menos no a los depósitos y tampoco le mencionase a Harry sobre los lugares que conoció, no era una buena idea que Harry se enterase que su esposa husmeó lugares que él había ordenado estrictamente mantener en secreto; él quería evitar miedo en su esposa, mejor dicho que las cosas que se ocultaban en esas habitaciones sean una razón más para que sea abandonado nuevamente, eso simplemente haría que su locura estalle.

Un día, mientras Leanne regresaba de una pequeña y difícil reunión que había tenido con sus fieles, se vio con la sorpresa de ver a Harry alistando sus maletas. Cierta esperanza le dio a Leanne de poder escapar, sin embargo, debía pensar bien las cosas antes de ver la posibilidad de marcharse de este sitio.

—¿A dónde iremos? —Cuestionó sorprendida, mientras entraba a la habitación.

—No irás a algún lado, Leanne —dejó de guardar sus cosas para mirarla con severidad— Yo sí.

—¿A dónde? ¿Por qué motivo no sabía de esto? —Reprochó con enfado mientras veía la huida de su esposo.

—Hay algunos problemas en la casa de Danae, hay algunos seguidores revoltosos, y si no sabías de este viaje, es porque no lo quería.

—¡Soy tu esposa! —intervino apoyando sus manos sobre el bolso de Harry— ¿Es que acaso no valgo para ti? ¿Me hiciste todo tipo de mierda para después aburrirte de mi? ¿Qué es lo que quieres? ¡Me casé contigo! ¡He dejado mi cordura a un lado simplemente para que estemos en paz... ¡Me he hecho la idea de que eres mi esposo y que me duele no tenerte en las noches! ¡¿Sabes que significa eso?!

—Leanne, hazte a un lado —Susurró mirando a otro lado, estaba sintiéndose enojado, porque sabía bien que Leanne tenía razón.

—¿Te irás con ella verdad? —Soltó de pronto, alzando el rostro de su esposo—. Vas a irte con Melied —Afirmó con dureza—. Vas a irte con ella, por eso es que estás así conmigo.

DEMONIC NIGHTMARE // Editando Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora