K.E.N.Y.A

19.- Última función

— ¿Cómo te llamas, pequeña? — te inclinaste para estar a la altura de aquella niña de apenas unos 6 o 7 años.

— July, pero, ¿puedes poner la música ya?  — respondió ella mirándote con ansias por bailar.

Tras observarla un segundo, sentiste una corazonada, acariciarte su cabello y afirmaste a su pregunta sonriendo amablemente.

— No eres tú — susurraste confiando en tu instinto maternal, habías tenido un destello de esperanza al verla pero tú corazón te decía que estabas equivocada.

July se unió pronto a los demás niños de su edad para bailar con una repetitiva canción infantil que Jessica puso, por más que observabas a cada niño y niña, ninguno te hacía sentir la conexión que esperabas, y ni tú misma entendías cómo era posible que tú corazón pudiera determinar quién era el verdadero o verdadera tan sólo mirándolos.

— Tu nombre es Jessica, ¿no es así? — reafirmaban la identidad de tu compañera, una mujer rubia de aproximadamente 25 años.

— ¿También fuiste transferida? — preguntó ella después de afirmar que ese era su nombre.

— ¿Transferida? — te parecía extraño que Jessica hablara de eso y a la vez te causaba curiosidad.

— Yo soy de la base "A", ¿tú de dónde? — la pregunta nueva de Jessica te obligaba a creer que todas las nanas llegaban a ese lugar desde un previo destino.

— Primero dime, ¿porqué trabajas para ellos? — interrogaste para asegurarte de que Jessica no te delataría.

— No trabajo para nadie, soy prisionera igual que todas y todos aquí. ¿Quién eres tú? — ofendiste a Jessica con esa creencia, todas las nanas odiaban estar en ese lugar pero tú no lo sabías. Sin embargo, eso te daba confianza para revelar tus verdaderos planes.

— Soy una infiltrada, vine a sacar a todos de aquí junto a mi equipo, ahora que sé que ninguna nana es leal a KENYA puedo decírtelo. — le contaste confiando en su discreción.

— ¿Nos van a sacar de aquí? ¿de verdad? — a Jessica le brillaban los ojos al escucharte — entonces cuenta conmigo, ¿qué tengo que hacer?

— Primeramente... — dijiste haciendo una mueca de disgusto mientras apuntabas el reproductor de discos — apaga esa horrible música. — Al parecer no eras muy fan de Barney.

Junto al generador de electricidad del orfanato, Killua desprendía una fuerte aura esperando la indicación de Gon.

— Ahora. Apaga las luces.— susurró Gon, de inmediato Killua hizo que toda la luz del edificio se fuera al absorber toda su energía, los generadores mantenían en funcionamiento la parte subterránea y por ello nadie se enteró del apagón allá, pero arriba las nanas estaban tratando de calmar a los niños que se habían asustado con la inesperada oscuridad.

— ¿qué ocurrió con el sistema de seguridad? ¿Y la luz? — la música y el resto de aparatos dejaron de funcionar, en medio de la oscuridad, Jessica estaba nerviosa pero tú la calmaste.

— Esa debe ser la señal para salir, confía en mi — dijiste tomando la mano de la chica, llamaron a todos los niños de la habitación para tomarse de las manos y salir en fila hasta la entrada del edificio.

Sacar a los niños del orfanato era la misión principal del resto. Izunavi y Leorio llevaron los camiones en los que subieron a más de 50 niños huérfanos y 12 nanas jóvenes, la misión de ellos era llevarlos lo más lejos posible por un camino rápido hasta un hospital de la ciudad para dar alerta a las autoridades y resguardar a las personas que habían rescatado.