𝐒𝐌𝐀𝐋𝐋 𝐃𝐎𝐒𝐄𝐒 ༐ 𝐒𝐎𝐎𝐉𝐔𝐍

１９

Ellos entraron, se sorprendieron un poco cuando vieron a soobin a mi lado, más sin embargo lo saludaron con una grata sonrisa, la situación se me hacía algo extraña, mis padres me preguntaron sobre mi estado, enseguida le hicieron un sin fin de preguntas a soobin, aunque todo se resumió en sus padres y sus negocios.

Él se tuvo que retirar ya que mis padres hablarían "seriamente conmigo".

Primero me hablaron de como se estaba llevando a cabo el proceso del caso para atrapar a los sujetos, luego me llamaron la atención porque dijeron que el lugar en el que estábamos era peligroso y no debí llevar a Yiren, pensé que debía terminar y decir toda la verdad, así evitar un gran problema ahora que soobin sabía que Baejin había sido el causante.

Los comentarios rudos de mi padre terminaron convencidome, era por el bien de soobin, así que les conté que el hijo del señor Young, un socio de mi padre había estado involucrado, al principio no me creyeron porque no habia alguna causa tal cual, algo que apuntara a tal delito, pues ellos no sabían de que Baejin estaba interesado en mí. Eso acabaría conmigo y con la vida del chico, creo que lo que dije bastaba.

Dijeron que pronto lo arreglarian, que lo hablarían con él y sus padres, para ser sincero, me pareció un desperdicio de tiempo. En fin, le daban más importancia a las inversiones de esas personas que el bienestar de cualquiera de sus hijos, eso me había quedado claro.

Después de unas horas se fueron, me dejaron con mi abuela, qué entró muy feliz al verme despierto, aunque no en esta situación, la abraze como pude y nos pusimos a platicar de muchas cosas entre ellas mi relación con soobin.

- es un gran chico -dijo mientras rondaba por la habitación - me alegra que te apoye y no te deje sólo

- hemos estado un poco alejados, mientras no estuviste abuela él tampoco lo estuvo - dije encogiendome de hombros

- eso pasa en muchas relaciónes...- dio unos pasos hacia mí - entiendo que lo suyo pueda ser complicado, quisiera poder hacer algo por ustedes porque merecen ser felices, siempre diré que gocen de su felicidad mientras puedan, no dejen lo que quieran hacer hoy para mañana - rei un poco tímido, no porque me parecía una estupidez, sino por que ambos lo tomáriamos muy encerio y haríamos muchas locuras ya podía imaginarlo.

- gracias por el consejo, lo tomare en cuenta

- no lo digo por mi edad querido, debemos disfrutar de la persona que amamos mientras esten de nuestro lado.. - mostró una ligera sonrisa - tu abuelo y yo vivimos una etapa dura y después nos arrepentimos, no quiero que pasen algo similar - entonces comprendi, mi abuelo había muerto hace varios años y yo ni siquiera lo había conocido, según ella, peleaban mucho, la última vez que hablo con él fue para decirle que no lo quería más en su vida, un día después recibió la noticia que mi abuelo había fallecido.

- lo entiendo abuela y creeme que lo haré -abrí mis brazos para someterla a un cálido abrazo, mientras pensaba en sus palabras, por supuesto que buscaría ser feliz cada día con soobin.

Antes de irse porque debía resolver algunos asuntos, le pregunté si no había visto a soobin en alguna parte, me dijo que ya se había retirado.

- tal vez regrese pronto, dijo que tenía una cuenta pendiente y tenia que resolverlo, después vendría a verte.. -me quedé asombrado, es que, ¿dijo que debía resolver algo? Escuche bien?

- abuela- no sé porqué reía ¡si estaba realmente preocupado! - necesito que regrese lo antes posible

- ¿estas bien hijo, sucede algo? - se extraño al verme así, pero no sabía que hacer, tampoco quería contarle cada detalle, únicamente lo quería de vuelta

- si, yo quiero verlo y platicar con él, es éso -se acercó confundída para sacar su celular, comenzó a marcarle, no contestaba, varias llamadas y ninguna. Quería enloquecer - tengo que ir a buscarlo -dije preocupado e intente levantarme pero ella no me lo permitió

- ¡yeonjun tranquilo! si en verdad lo necesitas iré yo por él, sólo no hagas alguna tontería te puedes lastimar - asenti impaciente esperando a que se marchara.

Me quedé con la incertidumbre, la angustia se apoderaba de mi, el doctor entró con varias enfermeras que habían traído algo para que yo comiera. No tenía mucho apetito realmente.