Capítulo 19 - Fuego devastador

116 20 83
                                    


No fue consciente de hasta qué punto había estado realmente nervioso y aterrado hasta que salió de aquella extraña morada y la luz del sol, así como una fina brisa, le golpeó de nuevo como una bocana de aire fresco en la cara.

De pronto Muerte sintió que podía volver a respirar otra vez. Su angustia no había desaparecido del todo. Pero una incipiente sensación de alivio había nacido en su pecho.

"Gracias Tiempo" se dijo para sí mismo transportándose a otro lugar del Fabren Bastion "Gracias por no destruir mi última esperanza. Realmente la necesito."

El resto del día fue raro.

Muerte había encontrado una extraña paz gracias a las palabras de Tiempo.

Y no era como si ya no tuviese dudas -pues tenía y eran muchas-, pero con el paso de las horas Muerte trató de convencerse de que las palabras de Tempo, en cierta medida, habían sido la respuesta a una pregunta no formulada: Ithis estaba con él. Estaba con todos.

Puede que aquello no fuese una aceptación abierta y directa de que él tenía razón. Pero se le aproximaba bastante. Por lo que volver a pensar que el gran Lord había salvado la situación cuando más lo necesitaron, no era algo tan descabellado.

Por ello Muerte se permitió albergar cada vez más, una tímida pero floreciente esperanza en su pecho.

No obstante no volvió a su hogar. Continuó vagando por ahí. Haciendo su trabajo en la Tierra para justo después volver a perderse en cualquier paraje natural que aún fuese desconocido o poco frecuentado por el hombre. Tratando así de darse el tiempo que necesitaba para poder poner su mente en orden.

Sin embargo lejos de ayudarle a aclarar sus ideas, su larga e ininterrumpida estancia en la Tierra  lo único que trajo consigo fue que empezase a creer que en algunas ocasiones, siluetas oscuras con forma humanoide tomaban presencia física a su lado.

Inmóviles y a poca distancia de él. A penas visibles durante una fracción de segundo y no más que por el rabillo de su ojo. 

Trató de encararlas muchas veces, sin embargo nunca se encontró con nada ni con nadie. 

Estaba realmente solo. O al menos eso era lo que parecía. Por lo que al final Muerte trató de ignorarlo, considerándolo como otro efecto secundario más de toda aquella extraña situación.  Como si el exceso de ansiedad y paranoia que estaba experimentado hubieran encontrado otra forma más de hacer de las suyas. Pero nada importante fuera de ahí. 

De esta manera los días continuaron pasando y la siguiente junta bimensual le alcanzó.

Y no es que asistiese -de hecho se la saltó-. Pero aquel dios si tuvo el detalle de dejarse caer al final de la misma, tratando de otear a escondidas como se encontraban el resto de sus congéneres.

Llevándose una fuerte impresión, cuando al finalizar la reunión, Sabiduría salió del Salón Barroco con un ojo morado, y un brazo vendado de arriba abajo.

Muerte le observó perplejo.

Y no dudó ni por un instante que aquellas contusiones fueran obra de Vida. Pero no pudo ni imaginarse que le habría hecho éste dios a su amigo, si tras pasar por la consulta de Medico, Sabiduría aún tenía aquel aspecto y persistían algunas de sus lesiones.

Muerte sintió muchas y contradictorias sensaciones en ese momento, sin embargo la conclusión unánime fue:

"Vida se te ha ido la mano."

Fue entonces cuando éste mismo salió también del salón. Cabizbajo y ojeroso se mostró el hombre de piel turquesa frente a Medico quien parecía estarle darle otro de sus sermones.

Utopía [ Amolad ] [ A Matter Of Life And Death ]Where stories live. Discover now