Capítulo 10 - Los problemas uno a uno (Parte 1)

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Muerte estaba en un Bar, de esos que siempre están a media luz. 

De los que el barman cuenta con una larga barra llena de taburetes frente él y un gran surtido de botellas vistosamente iluminadas a su espalda. 

Del tipo que por lo general suele tener mesa de villar y dardos, pese a que en aquel local en concreto no hubiera nada de todo eso. 

En cambio lo que si había eran muchas mesas pequeñas para comodidad de los clientes.

En una de ellas, frente a Mala Suerte, ambos dioses permanecieron en silencio sumamente pacientes mientras un grupo de amigos presumían de sus conquistas del último fin de semana.

-¡¿Cómo pudiste llevártela a casa?! –exclamó uno de ellos casi con admiración. -¡Tienes novia! ¡¿Qué vas a hacer si ella se entera?!

-¿Y cómo no hacerlo? –respondió el aludido con una sonrisa arrogante en los labios. -¡Esa rubia era un auténtico caramelo! ¡Además de hacerme la mejor mamada de mi vida me dio su teléfono! ¡Pienso volver a llamarla este sábado! ¡Con suerte volveré a meterme en sus bragas mientras Amy esta con sus amigas en el cine!

-¡¿Es cierto eso Mike?! –exclamó de pronto una joven morena, salida completamente de la nada, acompañada por un  grupo de chicas vestidas de forma llamativa.

Y aquel que hasta hacia tan sólo un segundo se había mostrado orgulloso y altivo en su explicación, palideció de inmediato ante la recién llegada. 

Ambos grupos de amigos se miraron en silencioso estupor. Todos bajo la premisa de que había sido la casualidad la que les había llevado al mismo lugar a tomar una copa.

-¡No es lo que parece! ¡Puedo explicarlo! –Trató de justificarse el infiel, poniéndose en pie de forma torpe y atropellada.

-¡Ni te molestes! ¡Hemos terminado! ¡Disfruta de tu "Caramelo"! –y dicho esto la joven salió corriendo, acompañada del fuerte repiqueteo de sus tacones sobre las pulidas baldosas del suelo del local. El otro joven salió corriendo tras ella, entre suplicas y lamentos. Fue entonces que Muerte, sin prestar realmente atención a la escena, dejó escapar un suspiró y exclamó:

-Bueno, ya hemos terminado ¿verdad?

Mala suerte grazno, moviendo sus alas como si esto fuera en sí mismo un gesto afirmativo. El otro dios se puso en pie, extendiendo su brazo para que aquel teórico pájaro se posara en él mientras ambos salían fuera del local.

-¿Tu trabajo siempre es así? –cuestionó curioso Muerte comenzando a pasear por la calle mientras tras ellos, la pareja se quedaba discutiendo a pleno pulmón, para comidilla y ocio de los curiosos.

Mala Suerte volvió a granar. Muerte como si le hubiese entendido le dedicó una sonrisa.

-No me quejo. Es solo que no estoy acostumbrado a trabajar con otros dioses. Es... diferente...

Un rápido repiqueteo de pico y el hombre de ojos ámbar pareció bastante nervioso al añadir:

-Bueno, es cierto que "puede" que hayamos colaborado muchas veces en el pasado... no estoy diciendo lo contrario... solo he dicho que no termino de acostumbrarme...

Fue entonces cuando Mala Suerte le miró, con toda la curiosidad que un pájaro puede manifestar en sus redondos ojos negros. Después volvió a mover sus alas como si se estuviese encogiendo de hombros y volvió a graznar.

-Sí, nos vemos luego.

Y como si de un elegante maestro de cetrería se tratase, Muerte ayudó al otro dios a alzar el vuelo dándole un pequeño empujón con su brazo. Después, mientras Mala Suerte se perdía por el cielo entre los edificios, el altísimo dios dejó escapar un pequeño suspiro.

Utopía [ Amolad ] [ A Matter Of Life And Death ]Where stories live. Discover now